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¿Por qué Félix Rodríguez de la Fuente hubiese votado ‘no’ a prohibir la caza del lobo?

Félix Rodríguez de la Fuente junto a un extracto de una entrevista publicada en 1976.

Félix Rodríguez de la Fuente, el gran referente para la conservación del medio ambiente y de la fauna en España, siempre estuvo a favor de la caza del lobo ibérico (Canis lupus signatus) como medida de conservación. Tanto él como su hija Odile Rodríguez de la Fuente lo manifestaron en reiteradas intervenciones públicas.

Por eso sorprende que muchos se acordaran de él y celebraran como una especie de triunfo póstumo cuando el pasado jueves se reunió la Comisión Estatal de Patrimonio Natural y acordó por un estrecho margen la propuesta del Gobierno de incorporar al lobo en el listado de especies de protección especia y prohibir su caza en toda España

Tras ello, famosos animalistas y ecologistas celebraron la noticia en las redes sociales. Es el caso de la actriz Anabel Alonso, que escribía en Twitter: «¡Bravo! (dedicado a Félix Rodríguez de la Fuente). De esta manera, la actriz estaba dedicando a nuestro eterno naturalista (y cazador) una medida con la que el propio Félix no hubiese estado de acuerdo, como manifestó públicamente en reiteradas ocasiones. Rodríguez de la Fuente nunca se opuso a su control, tal y como su hija Odile ha recordado en varias ocasiones a través de sus redes sociales: «Cada vez hay más odio al lobo gracias al egoísmo de algunos que solo piensan en su propio autobombo y no en trabajar por llegar a una coexistencia entre lobo/ganadería con generosidad», apuntaba en su cuenta de Twitter en 2018.

La conversación entre Félix Rodríguez de la Fuente y un pastor

Hace unos meses, Jara y Sedal recuperaba una demoledora conversación mantenida entre Félix Rodríguez de la Fuente y un pastor sobre el lobo. «Si a ustedes el Gobierno no les indemniza tienen el derecho de destruir a esos lobos», dice el mítico naturalista que ha sido el gran icono del ecologismo en las últimas décadas en su programa radiofónico ‘La aventura de la vida’.

«He dicho y repito que en aquellas regiones de España donde el lobo cause daños en la ganadería no hay más que dos caminos: o atacar a los lobos o indemnizar a los propietarios del ganado. Si a ustedes el Estado no les puede indemnizar lo que los lobos destruyen en sus ganaderías, ustedes no solamente tienen el derecho sino la obligación de destruir esos lobos», defiende Rodríguez de la Fuente conversando con el ganadero.

«Organicen las correspondientes batidas para controlar a esos lobos»

Y sigue ahondando en la problemática que, allá por los años 70, ya acechaba a la ganadería española: «Tenemos que saber otra cosa: si son lobos, o son perros asilvestrados. Si son lobos, yo le aconsejo que vaya usted de mi parte al ICONA y diga que con los permisos del Gobierno y de los vecinos de la zona se organicen las correspondientes batidas para controlar a esos lobos que les están dejando a ustedes sin pan», le dice Félix al ganadero.

«Ustedes deben organizar las oportunas batidas para evitar que esos lobos les coman la carne o el estado español tendrá que organizar una política para que se les indemnice por las cabezas de ganado», añade en la locución.

«Yo trato de que en España se racionalice la política de protección del lobo»

En las últimas horas se ha vuelto la imagen de otra entrevista concedida por Félix Rodríguez de la Fuente al Diario Vasco en 1976 y difundida por la propia Odile Rodríguez de la Fuente a través de Twitter en 2018 en la que el naturalista apuntaba en la dirección del control del lobo: «Yo siempre he dicho uno cosa, en la que no tengo mas remedio que ser muy explícito. Donde el lobo cause daños o ponga en peligro la vida humano, el lobo debe ser controlado. (…) Resulta absolutamente incongruente y un tanto utópico tratar de defender al lobo donde causa daños a la economía humana (…). Por eso, yo trato de que en España se racionalice la política de protección del lobo. Donde pueda haber lobos; grandes cotos de caza mayor y quizá en alguna futura reserva (…). Donde no los pueda haber, que se controle, para que en función de unos presuntas matanzas de estos cánidos, no aparezca esa terrible política que nos puede costar el que perdamos los últimos».

       
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