Extremadura está cerrando la temporada de caza con un balance similar al de los últimos años. Esto es, una grave crisis de la caza menor y un comportamiento positivo de la caza mayor.
9/3/2017 | FEDEXCAZA
La temporada de caza 2016/2017 está llegando a su fin. El 19 de febrero fue el último día hábil para la realización de monterías en Extremadura, aunque aún se pueden practicar algunas modalidades como la caza de zorros con perros de madriguera (hasta el 23 de abril).
En el caso de la caza menor, la situación continua empeorando año tras año, con datos muy preocupantes en especies como la liebre el conejo. En esta ocasión la excepción ha sido la perdiz, que, aunque de manera irregular, ha criado bastante bien y ha salvado la temporada en algunas zonas.
Mientras, la caza mayor ha continuado en la línea de los últimos años, con buenos resultados. Hay que destacar, como novedoso, las medidas de control de ciervas y, sobre todo de jabalí, en cotos sin aprovechamiento de caza mayor. A falta de datos oficiales, todo apunta a que las capturas de jabalí se van incrementar notablemente en Extremadura debido a la flexibilización de las autorizaciones de estas acciones por daños.
La temporada arrancó el 24 de septiembre con la caza del conejo. Esta especie tiene una temporada hábil adelantada con respecto al resto de las especies de caza menor: comienza a cazarse antes (a últimos de septiembre) y se cierra antes, también (el último fin de semana de noviembre). Esta medida se adoptó con el fin de adecuar la temporada de caza al período reproductor de la especie, pero tras varias temporadas de prueba, se ha podido observar que no ha dado resultado, ya que la situación de la especie, lejos de mejorar, ha empeorado la pasada temporada en la mayor parte de la región.
La incidencia de la nueva variante de la enfermedad hemorrágico vírica, en 2012, fue tan importante que en la mayor parte de los cotos las poblaciones de conejo no han conseguido levantar cabeza. Incluso en algunas de las escasas zonas donde se venían detectando poblaciones relativamente abundantes, esta temporada se ha notado un ligero descenso de la población.
A falta de datos oficiales, las capturas de liebre parecen haber disminuido significativamente, especialmente debido a enfermedades como la cisticercosis y otro tipo de epizootías.
Sin embargo, y según zonas, la temporada de perdiz ha sido relativamente satisfactoria, debido a una buena primavera que hizo que los bandos fueran más numerosos de lo habitual, hecho que al final se ha visto revertido en los resultados obtenidos por los cazadores.
Ni siquiera las migratorias, como palomas y zorzales, han puesto de su parte. Las torcaces han sido muy escasas en sus zonas habituales de invernada. En cuanto a los zorzales, que tuvieron un inicio esperanzador, han ido decayendo y no han cubierto las expectativas.
En lo referente a la caza mayor, la novedad de esta temporada ha sido que desde la Administración se ha promovido el control de las poblaciones de ciervo, gamo y jabalí en toda la región, y especialmente en las comarcas cinegéticas con vocación agrícola, ganadera y de caza menor. De este modo, desde el mes de junio se vienen autorizando esperas preventivas de jabalí en aquellos cotos que no tienen planificada su caza, además de recechos de ciervas, lo que ha provocado un incremento de las capturas, a la espera de los datos definitivos.