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¿Qué podemos hacer para evitar el contagio de la mixomatosis entre nuestras liebres?

Liebre afectada por mixomatosis.

La mixomatosis es una enfermedad vírica común en el conejo donde sus brotes estacionales son relativamente frecuentes, asociados siempre a la presencia insectos chupadores de sangre, sus vectores.

Hasta ahora, rara vez se había descrito en la liebre. Sólo existía constancia de unos pocos casos en Francia e Irlanda, además de sospechas en Gran Bretaña, pero en ningún caso se confirmó la presencia del virus del mixoma. En las últimas semanas las sociedades de cazadores de La Rambla y Montalbán (Córdoba) alertaban de la aparición de una nueva enfermedad que estaba causando estragos en las poblaciones de liebres de la zona. Le siguieron casos similares en Cuenca y Jaén. Días después los presagios se confirmaban: las muestras de las dos primeras liebres analizadas daban positivo a la enfermedad de la mixomatosis

A raíz de la terrible noticia la Federación Andaluza de Caza (FAC) emitía un comunicado en el que recordaban el «protocolo de actuación» a tener en cuenta ante la aparición de posibles nuevos casos.
Si la liebre con síntomas de padecer mixomatosis localizada está viva recomiendan desde la FAC, si es posible, su captura y traslado a un lugar donde pueda ser controlada de la evolución de los síntomas e informar de ello. Si está muerta, almacenarla refrigerada (nunca congelada) en una bolsa y, en el menor tiempo posible, contactar con la Consejería de Medio Ambiente o con la Delegación Provincial de la federación para su entrega (o recogida) y posterior análisis. 

Algunas recomendaciones básicas más

Con el fin de hacer todo lo que posible para que la enfermedad no se extienda a muchos más cotos, o lo haga con la menor virulencia posible, hemos hablado con Carlos Díez Valle, Doctor en Veterinaria especializado en fauna silvestre, investigador y directorde Ciencia y Caza. Quien nos ha dado algunas pautas más. «Lo primero es vigilar nuestros cotos y en cuanto se detecte algún posible caso utilizar unos guantes para retirar el animal, ya que en este tipo de situaciones en las que no estamos seguros si se trata de mixomatosis o cualquier otra enfermedad es imprescindible. Así como trasladar al animal en una caja de plástico que se pueda limpiar y desinfectar. Nunca de madera», nos comenta Díez en cuanto a la captura de posibles ejemplares afectados.

A raíz de hablar unos minutos con él, Carlos nos confirma lo que a priori nos temíamos: es muy posible que la virulencia con la que afecte a la liebre sea notable. «El problema es que como estamos ante el comienzo de ver cómo se desarrolla en las liebres, es probable que no respondan con la inmunidad suficiente y los primeros brotes sean de mortalidades altas. Al igual que sucedió con el conejo». De ahí deducimos que al menos de momento no sería recomendable realizar repoblaciones y traslocaciones. «Así es. Sobre todo estas últimas donde puede no haberse realizado un exhaustivo control sanitario», comenta al respecto el investigador. 

Por otro lado añade que una vez localizado un ejemplar con síntomas de padecer mixomatosis lo mejor es «refrigerarlo cuanto antes y llamar a la consejería correspondiente o al agente medioambiental de la comarca», básicamente lo mismo que indica en su protocolo la FAC. 
Por último Díez, a modo de resumen, ha relatado a Jaraysedal.es que es «fundamental vigilar, recoger los animales muertos o incluso moribundos, tener unas precauciones mínimas de higiene en cuanto a guantes y cajas de plástico e incluso dejar de cazar en los cotos donde aparezcan positivos a la enfermedad. Al menos la primera temporada para ver si el diagnóstico es definitivo y el virus se comporta de la misma manera que en el conejo. Al final de lo que se trata es de la que las liebres críen y vayan generando su propia inmunidad. Si cazas vas a reducir más las poblaciones y vas a tener menos probabilidades de que eso se produzca». También considerada adecuado «limitar las traslocaciones en las áreas donde están apareciendo brotes y con un perímetro de 50 o 100 kilómetros para evitar riesgos». 

       
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