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Un ganadero español viaja a Alemania con su C15 y se mete en el circuito de Nürburgring entre súper deportivos

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El circuito de Nürburgring, conocido como el “Infierno Verde”, ha sido testigo de todo tipo de vehículos a lo largo de su historia. Pero pocos imaginarían ver rodar allí una Citroën C15, aquella furgoneta mítica de los pueblos españoles. Lo hizo Gerard Casals, un joven de 20 años de la provincia de Barcelona, que recorrió más de 1.200 kilómetros hasta el macizo del Eifel para cumplir un sueño tan absurdo como admirable.

La historia comenzó casi como una broma entre amigos. Casals había comprado su C15 por 200 euros con la idea de participar en un raid por Marruecos. Aquella unidad, con casi 200.000 kilómetros, le servía también para trabajar en su granja. Pero un día el motor dijo basta. Lejos de rendirse, decidió sustituirlo por uno de Citroën Xsara 1.9 turbodiésel de 90 caballos, lo que transformó por completo al modesto vehículo.

De la granja al “Infierno Verde”

Con su motor nuevo, amortiguadores Koni de Peugeot 206 y frenos de 206 HDI, la vieja furgoneta se convirtió en una especie de “Frankenstein” mecánico. Gerard asegura que su C15 llega ahora a los 200 km/h en la Autobahn y pesa tan solo 750 kilos, menos que un Lotus Elise. «Los franceses se vuelven locos», contaba entre risas, consciente de que en Francia la C15 tiene el mismo estatus popular que en España.

El viaje hasta Alemania no fue sencillo. Casals condujo desde el interior de Barcelona hasta Nürburgring, más de 1.200 kilómetros por carreteras europeas. Allí, entre deportivos de cientos de miles de euros, su furgoneta blanca fabricada en Vigo llamó la atención de todos. Muchos grabaron vídeos y algunos incluso se acercaron para felicitarle.

Icono rural y fenómeno viral

En el paddock, los espectadores no podían evitar sonreír al ver cómo la C15 tomaba las curvas del legendario circuito. Para Casals, más que una hazaña técnica, fue una reivindicación de ingenio y espíritu aventurero. Su hazaña se viralizó rápidamente en redes sociales, donde miles de usuarios compartieron las imágenes del peculiar vehículo adelantando deportivos en plena pista.

El propio circuito ha visto pasar toda clase de coches, desde autobuses hasta vehículos de reparto, pero pocos han logrado tanta simpatía como la humilde C15 catalana. En cierto modo, Gerard Casals ha recordado que la pasión por el motor no siempre necesita grandes presupuestos ni tecnología punta, sino simplemente ganas de disfrutar.

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