El conocido controlador de plagas El Pencho ha mostrado públicamente su malestar después de que un agente medioambiental le obligara a desmontar gran parte de su stand en la II Feria de Caza y Pesca Murgicaza, celebrada el pasado fin de semana en El Ejido (Almería). Según ha explicado, la intervención se produjo por exhibir unas trampas de captura que, según asegura, son completamente legales.
El Pencho, muy seguido en redes sociales por sus vídeos divulgativos sobre control de predadores, compartió su «rabia e impotencia» tras recibir la orden de desmontar el expositor. Las trampas, según él, se encontraban allí solo como muestra del material que comercializa y para explicar su uso en el control poblacional autorizado.
«Estas jaulas se pueden comprar en Amazon», señalaba en un vídeo, subrayando la incoherencia de que su exhibición se prohíba mientras su venta está disponible de forma libre. «No entiendo cómo pueden permitir cuchillos así de grandes (hace un gesto) encima de la mesa y no que tenga estas jaulas», añadía con visible enfado.
Las trampas de control, legales pero reguladas
Las trampas de captura, empleadas en programas de control selectivo de predadores, son dispositivos legales en España, aunque su manipulación y uso requieren formación específica y permisos emitidos por la autoridad competente de cada comunidad autónoma. En la mayoría de los casos, se exige contar con el título de especialista en control de predadores.
El Pencho asegura disponer de toda la documentación en regla y lamenta lo ocurrido: «Yo llevo todos mis papeles y tengo todo en regla», afirmó, dejando claro que su actividad está plenamente autorizada. Según explicó, no fueron los agentes medioambientales en su conjunto quienes tomaron la decisión, sino «el agente medioambiental», en referencia a un funcionario concreto que le habría transmitido la orden de retirar las jaulas.
Un incidente que genera debate
El suceso ha despertado un amplio debate entre profesionales del sector y asistentes a la feria, que cuestionan la falta de criterios unificados en la interpretación de las normativas sobre exhibición de material cinegético. Para muchos, la decisión supone una falta de respeto hacia quienes trabajan legalmente en el ámbito del control de fauna.
La feria Murgicaza, que celebraba su segunda edición, congregó durante el fin de semana a numerosos expositores y aficionados. Sin embargo, la polémica protagonizada por El Pencho ha eclipsado parte del evento, dejando sobre la mesa un debate que va más allá de una simple muestra: el de la inseguridad jurídica que sufren algunos profesionales del sector.
