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«El mundo sin caza sería un desastre», así termina el último y aplaudido capítulo de Wild Frank

Anoche se emitió la tercera y última entrega de Wild Frank Cuesta en D-MAX, la serie que ha tratado de mostrar la actividad cinegética en España y cuya conclusión final, según Frank Cuesta, es que «el mundo sin caza sería un desastre».
22/4/2019 | Redacción JyS

Frank Cuesta junto a Juan Beltrán y su mujer tras una jornada de conejos.

Anoche concluyó la serie Wild Frank Caza. La tercera y última entrega se emitió a las 21.30 horas en D-MAX y, en esta ocasión, sí abordó la caza social. La principal crítica a este innovador trabajo –realizado por la productora Molinos de Papel– en las dos anteriores entregas fue precisamente la ausencia de caza social. Una caza social que, además, es mayoritaria en España, y que apareció en la tercera entrega para cerrar un programa que, sin duda alguna, ha sido el más aplaudido y mejor valorado por el público.
El programa comenzó abordando la cuestión de las imprudencias y los accidentes en la caza. Frank Cuesta recordó el fatal disparo que acabó con la vida de un niño de cuatro años en una montería en Sevilla, entrevistando al padre del menor, José Antonio Ávalo. El progenitor reconoció que no era cazador y afirmó que no se puede culpar a la caza del lamentable suceso que acabó con la vida del menor. José Mª Mancheño, presidente de la Federación Andaluza de Caza y de Mutuasport, también recordó que en toda España «en el año 2018 tuvimos tres fallecidos» y «ocho o nueve» accidentes con heridos que no fallecieron.

Conociendo Los Yébenes con Ramón Garoz

A continuación, Frank Cuesta se acercó al pueblo de Los Yébenes (Toledo) para conocer cómo la economía de toda esa comarca gira en torno a la caza. De la mano del taxidermista Ramón Garoz mostró la importancia de la actividad cinegética en la zona, con más de 60.000 hectáreas y 48 fincas para las que las monterías son uno de los pocos recursos económicos con los que cuentan sus habitantes. Cuesta también visitó una planta de procesado de carne de La Catedral de la Caza, y mostró el destino final de los ciervos y jabalíes cazados en nuestro país.
Por otro lado, el presentador también visitó una concentración anticaza en Madrid, donde los manifestantes llegaron a increpar su presencia al grito de: «¡Abajo el postureo!». Los diferentes entrevistados mostraron sus argumentos para estar en contra de la caza –todos emocionales, ninguno racional– llegando a asegurar que esta actividad «en una sociedad éticamente evolucionada es inaceptable». Incluso, David Rubio, uno de los convocantes de la protesta, llegó ha asegurar que los cazadores son sus «enemigos».

Las consecuencias del radicalismo de PACMA

Wild Frank también quiso conocer las consecuencias del animalismo para la fauna. Para ello acudió al Parque Nacional de Guadarrama, donde existe una gran sobrepoblación de cabra montés como consecuencia de una denuncia de PACMA. Frank Cuesta estuvo con los técnicos del parque, que explicaron que un juez había detenido el control cinegético en este paraje como medida preventiva tras la denuncia del partido animalista que preside Silvia Barquero.
«Ahora tenemos unas 5.000 cabras» explicó Pablo Sanjuanbenito, co-director del parque, cuando la capacidad del mismo «es de 1.500». D-MAX mostró las graves consecuencias que esto supone para el propio ecosistema, puesto que estos animales están acabando con la vegetación. Sanjuanbenito explicó que lo peor está por llegar: «Los animalistas dicen que hacen esto por el bienestar animal, pero si aquí entra la sarna van a morir de la manera más cruel que se pueda imaginar. Que te peguen un tiro duele, pero morirte de sarna es una cosa muy cruel». «Es una guerra estúpida y absurda, y al final son ellos –los animales– los que pierden», declaró Frank Cuesta, quien además aclaró que PACMA había sido invitado al programa para explicar su postura y se negó a aparecer.

Cazando conejos a diente en Andalucía

La última parte del programa se centró en la caza social en Andalucía. De la mano de Juan Beltrán, cazador con podencos a diente, Frank Cuesta conoció la labor de control que los cazadores hacen sobre las poblaciones de conejo. La intervención de este «cazador pobre» –como él mismo se definió– fue una de las más aplaudidas en las redes sociales y puso punto final a la serie Wild Frank Caza cocinando y comiendo algunos de los conejos cazados esa misma mañana. «Este es el final de la serie. Yo quería terminar el programa con la caza más simple o más normal –con la que muchos hemos crecido–. Mucha gente está en contra de la caza, lo que pasa es que nadie sabe realmente cómo sería el mundo si no existiera la caza. Y el mundo sería un desastre. Y habría muchas más epidemias para los humanos y para los animales», concluyó Frank Cuesta.
Las redes sociales no tardaron en llenarse de mensajes –puedes ver algunos más abajo– aplaudiendo el capítulo. Algunos usuarios reconocieron que su visión sobre la actividad cinegética y quienes la practican había cambiado después de este trabajo. Puedes ver el programa completo pinchando en este enlace.

       
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