Los conflictos entre lobos y ganaderos no son nuevos. Desde hace siglos, el ser humano ha buscado fórmulas para mantener a los depredadores lejos de sus rebaños. Antaño eran hogueras, perros o vigilancias nocturnas; hoy la tecnología se suma al campo como aliada inesperada. La última innovación llega desde Estados Unidos, donde un grupo de científicos ha encontrado en los drones un recurso sorprendente para proteger al ganado.
Los investigadores del Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) han ideado un método que consiste en utilizar aeronaves no tripuladas equipadas con altavoces y cámaras termográficas. De este modo, sobrevuelan los ranchos durante la noche —cuando los lobos están más activos— y emiten sonidos capaces de disuadirlos.
AC/DC y voces de Hollywood
El equipo comprobó que reproducir canciones de rock como «Thunderstruck», de AC/DC, o incluso fragmentos de películas con gritos humanos puede hacer que los lobos se retiren. En un experimento, los depredadores escucharon la voz de Scarlett Johansson en la película Historia de un matrimonio gritando «¡No aguanto más esto!», lo que bastó para hacerlos huir. También emplean disparos simulados, fuegos artificiales o incluso frases improvisadas a través del micrófono del dron.
Paul Wolf, supervisor del distrito suroeste del USDA en Oregón y fan declarado de la banda Five Finger Death Punch, relató un episodio: «Dijo: ‘¡Oye, lobo! ¡Sal de aquí!’. El lobo soltó al ganado y salió corriendo inmediatamente».
Entre la protección y la convivencia
La población de lobos grises en el oeste de Estados Unidos ha crecido desde su reintroducción en los años noventa. Hoy, cientos de ejemplares recorren Washington y Oregón, y varios grupos se han asentado en el norte de California. Este repunte ha generado tensiones con los ganaderos, que sufrieron la pérdida de unos 800 animales domésticos en 2022, según la Associated Press.
Hasta ahora se han empleado métodos como cercas electrificadas, perros guardianes o la reubicación de ejemplares. En casos extremos, se ha autorizado incluso la caza de lobos. Sin embargo, la llegada de los drones abre un camino distinto, con soluciones que despiertan tanto expectativas como dudas.
Ganaderos entre la esperanza y la incertidumbre
Los primeros en recibir patrullas con drones, los rancheros del norte de California reconocen que los ataques han disminuido. Sin embargo, algunos se muestran escépticos respecto a su efectividad a largo plazo. «Agradezco mucho lo que hicieron. Pero no creo que sea una solución a largo plazo», afirmó la ganadera Mary Rickert, que teme que los lobos terminen acostumbrándose al ruido.
Por su parte, Amaroq Weiss, defensora del Centro para la Diversidad Biológica, confía en la innovación: «Los lobos le temen a las cosas nuevas. Sé que, en la imaginación humana, la gente piensa en los lobos como criaturas grandes y aterradoras que no le temen a nada».
El futuro dirá si la tecnología será suficiente para asegurar la convivencia entre ganaderos y lobos, una relación tan antigua como conflictiva, que ahora busca nuevas formas de equilibrio en los paisajes del oeste estadounidense.