Un estudio genómico, coordinado por la Unidad de Investigación en Recursos Cinegéticos y Piscícolas (UIRCP) de la Universidad de Córdoba y realizado por un equipo de 25 personas sobre más de 700 ciervos rojos europeos, ha permitido hacer importantes descubrimientos acerca de esta especie.
Para realizar este trabajo, publicado en la revista Molecular Ecology, han analizado la estructura genética actual de las poblaciones de venados de toda Europa. De este modo, han tratado de adivinar cómo los distintos linajes genéticos se han extendido geográficamente y han formado la estructura de hoy día, algo que se conoce como filogeografía.
España tiene dos poblaciones distintas
Uno de los hallazgos que han conseguido hacer con estas modernas herramientas ha sido la existencia de dos linajes de ciervos en España. Ambos están bien diferenciados genéticamente y proceden de épocas glaciares. De igual modo, uno de ellos ocupa la parte centro-sur de la Península Ibérica, mientras el otro lo hace en el oeste.
En concreto, el estudio precisa que el primero de estos dos linajes de ciervos descubiertos en nuestro país habita en las cordilleras central y meridional ibérica, desde Sierra Morena a Monfragüe, incluyendo áreas intermedias como los Montes de Toledo. El segundo que se podría considerar como el de la España Occidental, está presente en la sierra de San Pedro, en Extremadura.
Tal y como explica este trabajo, «se demostró que el ciervo de la Sierra de San Pedro pertenece a un linaje genéticamente diferenciado». Asimismo, «la población ibérica de ciervo rojo de Monfragüe tenía una relación genética más cercana con las poblaciones de Sierra Morena que con las poblaciones de San Pedro».
«No se describen como dos subespecies diferentes, pero, genéticamente, sí tienen características suficientes como para que merezca la pena protegerlos», ha matizado Juan Carranza, uno de los investigadores del estudio. «Una vez que conoces lo que hay, y la historia de cómo se creó, le asignas valor y, al asignarle valor, merece la pena conservarlo», ha añadido.
Los ciervos ibéricos, más parecidos a los escoceses que a los franceses
Además de esto, el equipo ha identificado otras poblaciones de ciervos en Europa, como los escoceses y los noruegos, que, al igual que las españolas, también son periféricas, presentando características genéticas bien diferenciadas. Las correspondientes al centro del continente europeo, en cambio, están más homogeneizadas al haberse mezclado entre sí.
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«Durante 20.000 años, los ciervos de la Península Ibérica no se han mezclado con el resto», ha explicado Carranza. Es por ello que los ciervos españoles mantienen sus propias características físicas y sus propias llamadas de apareamiento, siendo estas distintas a las de otras zonas.
De igual manera, el documento expone que los ciervos más parecidos a los españoles, en lo que respecta a su genética, son los escoceses, pese a que los del centro del continente, correspondiendo estos, por ejemplo, a Francia, están más cerca geográficamente.