Álvaro Núñez tenía la intención de cazar un corzo hace unos días en un coto de Burgos, pero cuando solo llevaba 15 minutos recechando se vio sorprendido por un gran jabalí que espantó un perro en el monte y que venía hacia él «como un tren». «No sé de dónde apareció el perro, pero me ojeó un cochino que no voy a olvidar nunca», nos cuenta.
11/5/2019 | Redacción JyS
El joven cazador Álvaro Núñez, de 29 años de edad, fue protagonista de una peculiar historia sucedida a finales del mes del pasado mes de abril en un coto en la provincia de Burgos. Fue durante una jornada de rececho de corzos que ha narrado para Jara y Sedal en la que se vio sorprendido por un gran jabalí que espantó un perro en el monte y que venía hacia él «como un tren» a primera hora de la mañana. «No sé de dónde apareció el perro, pero me ojeó un cochino que no voy a olvidar nunca», nos cuenta el cazador.
La jornada cinegética de Núñez comenzó a las 7:00 horas de la mañana, cuando dejó aparcado el coche en la finca y comenzó el rececho. Empezaba a andar por la linde de un pinar cuando, al poco tiempo, escuchó varios ladridos de un perro en la lejanía y, tras continuar andando unos cien metros, vio una mancha negra que venía «como un tren» en su dirección.
«¡Maldito perro!», exclamó en ese momento el cazador creyendo que el can venía hacia él. Se llevó los prismáticos a la cara y… fue cuando advirtió que «algo le blanqueaba en el hocico», por lo que probablemente se tratase de un buen jabalí.
Disparo a 30 metros
Cuando Álvaro Núñez lo tenía a unos 60 metros, el jabalí cambió de dirección y empezó a correr recto hacia el propio cazador. «A 30 metros apunté entre las orejas, bajé un poco y… » de un solo disparo tumbó al suido con su rifle Mauser M18 calibre 7mm Remington Magnum y munición Geco Express de 155 grains.
«Viví el momento con gran emoción, pero con mucho sobresalto al principio», resalta el joven que no esperaba encontrarse con ese jabalí y mucho menos que, a primera vista de prismáticos, ya se le vieran los colmillos. «Todo fue muy rápido», confiesa. En cuanto a los corzos dice que aún se le están resistiendo, «aunque algo vamos haciendo y con paciencia y echándole horas seguro que las jornadas serán fructíferas», añade.
Otro enorme jabalí… también cuando estaba de corzos
Era el principio de la temporada corcera cuando un gran jabalí sorprendió al joven Álvaro Quiroga, de 27 años, en un coto de la provincia de Soria. El portento de animal pesaba la friolera de 150 kilos.
«Estuvimos tratando de cazar corzos durante toda la mañana cuando, ya por la tarde, nos salió este extraordinario ejemplar», relató el pasado mes de abril el joven para Jara y Sedal. Mientras Quiroga recechaba en un robledal, de repente, el suido apareció en escena tras escucharle «romper monte». «Yo lo veía muy grande, pero cuando lo abatí es cuando realmente me quedé sorprendido de lo que tenía delante y de lo que había cazado». Esta es su historia.