Icono del sitio Revista Jara y Sedal

Un furtivo caza el mejor corzo de un coto de Cádiz y dice que es de otro sitio, pero el Seprona lo pilla por un detalle

Un agente del Seprona sostiene el trofeo del corzo ejemplar. © Guardia Civil

Un corzo de características morfológicas excepcionales, clave en un programa de mejora genética, ha sido abatido de forma ilegal en un coto del término municipal de Jerez de la Frontera. La Guardia Civil, tras una compleja investigación en la que ha intervenido la Unidad Central Operativa de Medio Ambiente (UCOMA), ha identificado a dos personas: una como autor de los hechos y otra por encubrimiento.

La operación, bautizada como “LODACAN”, arrancó tras la denuncia presentada por el guarda de la finca afectada ante el Equipo de Protección de la Naturaleza (EPRONA) de la Comandancia de Cádiz. Según manifestó, el ejemplar desapareció repentinamente y no volvieron a verlo durante días, lo que hizo sospechar que podía haber sido abatido de forma clandestina. Aportó imágenes recientes del animal, tomadas dentro del coto, donde se controlaba especialmente por su alto valor medioambiental.

La clave: una fotografía con el animal abatido

Tras confirmar que el corzo había sido efectivamente cazado de forma ilegal, los agentes del SEPRONA iniciaron una investigación exhaustiva. Gracias a diversas gestiones, lograron obtener una imagen en la que aparecía un hombre posando junto al cuerpo sin vida de un corzo, cuyas características coincidían con las del animal desaparecido.

Las imágenes fueron remitidas a los técnicos del UCOMA en Madrid, quienes, mediante un análisis pericial de la morfología de las cuernas, concluyeron con rotundidad que el animal que aparecía en la imagen del sospechoso era el mismo que el del coto jerezano. Este informe resultó determinante para atribuir la autoría de los hechos al individuo que aparecía en la fotografía.

Un intento de encubrimiento con precinto y testigo falsos

El investigado alegó que el corzo había sido abatido de manera legal, presentando un precinto para caza mayor expedido por la Delegación Territorial de Medio Ambiente en Cádiz, así como el testimonio de una persona que afirmaba haberle invitado a cazarlo en su finca. Sin embargo, los agentes comprobaron que ni el precinto era válido ni ninguno de los dos tenía autorización para cazar en el coto donde realmente fue abatido el animal.

Con estos datos, quedó demostrado que el testigo había mentido de forma intencionada para encubrir al verdadero autor de los hechos, por lo que también fue investigado como presunto autor de un delito de encubrimiento.

Un daño valorado en más de 69.000 euros

El corzo, considerado uno de los ejemplares más valiosos del coto, formaba parte de un programa de selección genética para mejorar la calidad de la población. El trofeo fue recuperado por el SEPRONA y ha sido puesto a disposición de la autoridad judicial, que deberá decidir si se devuelve a los responsables de la explotación cinegética.

La valoración pericial del daño medioambiental causado asciende a 69.701,22 euros, mientras que el valor del trofeo ha sido estimado en 6.403,33 euros. Los representantes de la finca tienen previsto personarse como parte perjudicada en el procedimiento judicial. Este nuevo caso vuelve a poner de relieve el grave perjuicio que provoca el furtivismo sobre los esfuerzos de conservación y mejora de las especies cinegéticas.

Salir de la versión móvil