Por Ramón y Juanjo Garoz
Crear nuestros propios trofeos de caza nos permite ‘cerrar el círculo’ -como muchos cazadores decimos- y aprovechar aún más la pieza con un recuerdo que guardaremos en nuestro particular salón de trofeos toda nuestra vida. En este caso te enseñamos cómo restaurar una tabla de corzo forrándola con una tela que le proporcionará un acabado muy particular.
1. Busca un trozo de tela
Para esta ‘manualidad’ sólo tienes que conseguir un retal que te guste. Con él vas a forrar una de las tablas de madera que tienes en casa. Nosotros hemos elegido una vieja camisa de cuadros que ya no nos servía.
2. Separa el trofeo
Con un destornillador extrae los tornillos que fijan el frontal de corzo a la tabla de madera.
3. Recorta la tela
Sitúa la tabla encima de la tela y recorta el trozo necesario para forrarla cubriéndola por completo.
4. Encola la madera
Es el paso más importante de todos. Ayúdate de un pincel para repartir de forma uniforme el pegamento tanto por la superficie de la tabla como por el retal de tela. Hazlo de manera que no quede un centímetro sin encolar para conseguir el mejor acabado.
5. Pega tabla y tela
Con mimo, posa la tabla de madera sobre la tela para que entre en contacto con el pegamento. Hazlo sobre una superficie plana y estable para que te sea mucho más fácil y no lo vuelvas a tocar hasta que este perfectamente seco.
6. Recorta el sobrante
Una vez seco el pegamento, recorta la tela sobrante por el exterior de la tabla. Es importante que dejes tela suficiente para tapizar la pieza.
7. Ajusta los bordes
Con el mismo pegamento que pegaste tabla y tela, remata los bordes por la parte trasera de la madera. Ayúdate con un pincel fino para aplicar el adhesivo en las zonas clave con la precisión necesaria. Tienes que ser meticuloso para que quede bien pegado y no dejar arrugas.
8. Haz los nuevos agujeros
Con la tabla forrada, es momento de colocar el frontal de corzo. Marca el lugar donde quieres que vayan los tornillos y taladra sin miedo.
9. Coloca el trofeo en la tabla nueva
Sólo queda ubicar el trofeo de corzo en su posición y atornillar fuerte para que quede fijo de por vida.