Su nombre es Marta Pérez, es de Cardona (Barcelona) y tiene solo 19 años. Como consecuencia de una reacción alérgica a un batido que contenía trazas de frutos secos y la ineficiente labor médica, lleva siete meses en coma. Por su parte, el colectivo de cazadores se ha volcado con la familia para ayudarla en todo lo posible.
Todo empezó después de un día de gimnasio en el que Marta se había apuntado recientemente. El dueño del establecimiento ofreció a sus clientes probar un batido y, tras asegurarse de que no llevaba frutos secos, se lo bebió.
De manera inmediata, decidió acudir al centro de salud al notar algunos síntomas que apuntaban a una posible reacción alérgica. Allí, mientras le contaba al médico lo que había ocurrido, empezó a notar dificultades para respirar y segundos después entró en parada.
Según ha contado en varias ocasiones su madre, María Verdejo, en el centro de salud no siguieron el protocolo recomendado para esas situaciones e, incluso, asegura que no le dieron la importancia que requería el estado de su hija.
Marta sufrió 10 minutos de parada cardiaca
El corazón de la joven estuvo 10 minutos sin latir y tuvo que ser trasladada a la UCI. Al principio, la alimentación que le administraban también le provocaba reacción alérgica y dolores de estómago. La insistencia de su madre hizo que le cambiaran la dieta, aunque volvieron a ella en varias ocasiones.
Finalmente, la respuesta de los médicos ante las constantes y razonadas quejas de María, viendo el estado de Marta, fue dejarla sin comer durante una semana. Los tres primeros días ni siquiera le inyectaron suero.
Después de tres meses, su familia consiguió trasladarla de hospital y fue entonces cuando empezaron a administrarle un tratamiento que sí tenía efecto en ella.
Los cazadores se han volcado con la familia de Marta Pérez
Han pasado siete meses desde el principio de esta historia y el gremio de cazadores se ha convertido en uno de los grandes apoyos de la familia. Su tía Carmen es cazadora y, tal y como ha contado a Jara y Sedal, está «cada día más orgullosa del ser parte de este colectivo».
Al finalizar la primera subvención que recibieron, la familia aportó todos los ahorros de los que disponía, pero no fueron suficientes para mantener a Marta en la clínica. Por esta razón decidieron pedir ayuda fuera. No solo tenían que hacer frente a los gastos de la clínica privada, sino también los de todos los materiales sanitarios que necesita.
Carmen tenía claro con quién podía contar y acudió a sus compañeros del sector cinegético. «Fue la primera puerta que toqué. Sin dudarlo ni un segundo, cada compañero que le contaba la historia hacía aportaciones», ha detallado.
En este sentido, también ha querido hacer saber que el próximo sábado, 27 de mayo, hay organizada una tirada solidaria en nombre de Marta en el campo de tiro Can Pascol, Caldes de Montbui, en la que «colaboran muchísimas empresas del sector».
«Marta va recuperando poco a poco, pero si sale de esa clínica no hay posibilidades de recuperación. No hay palabras para describir lo agradecida que estoy de mis compañeros», ha expresado Carmen.
Todos los que quieran colaborar con esta familia y, así, poner de su parte para salvar la vida de Marta, pueden hacerlo a través de la página web que han creado para ello. Del mismo modo, encontrarán todos los detalles acerca de su historia y de qué aportaciones necesitan.