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Los cazadores navarros se manifestarán el 9 de junio contra la Ley de Protección Animales de Compañía

Varios rehaleros junto a sus perros en la manifestación del 20 M en Madrid. © Ángel Vidal

El colectivo cinegético navarro, «cansado» de que el Gobierno Foral no atienda sus reclamaciones, se concentrará el próximo 9 de junio, jueves, entre las 8:30 y las 10 horas en el paseo de Sarasate, frente al Parlamento de Navarra. La «gota que ha colmado el vaso de la paciencia de los cazadores», según expone en una nota la Federación Navarra de Caza, ha sido la negativa del Ejecutivo foral a estudiar su última petición, que reclamaba que los animales empleados en la actividad cinegética (como perros, hurones, aves de cetrería…) no se vieran afectados por las normativas incluidas en la Ley Foral 19/2019, del 4 de abril, de Protección de los Animales de Compañía.

Esta solicitud «no era baladí», ya que «respondía a cuestiones fundamentales para la actividad de la caza, debido a que el contenido de la ley imposibilitaría de facto que se desarrollara la esencial función que realizan los cazadores en la naturaleza». Tanto es así que incluso el grupo parlamentario más numeroso de la Cámara foral, Navarra Suma, registró el mes pasado una proposición de ley foral para modificar parcialmente la citada normativa de protección de los animales de compañía, que se debate el próximo día 9 de junio en el Parlamento. Sin embargo, el Gobierno de Navarra rechazó esta modificación, aportando argumentos más políticos que técnicos. El deseo del colectivo cinegético es que el Legislativo navarro apruebe este cambio, para que la ley tenga en cuenta la verdadera realidad de los perros y hurones empleados en la caza.

Desde la Federación y desde el sector cinegético intentan hacer ver al Ejecutivo que la «realidad social y funcional del empleo de animales de trabajo, auxiliares o con función social (como los empleados en la caza) se enfrenta a problemas de sostenibilidad y desarrollo», ya que «el Gobierno de Navarra los ha englobado de manera genérica dentro de la mencionada ley de protección de animales de compañía», pese a que su actividad principal no es la de hacer compañía. De hecho, en la mayoría de las ocasiones, ni siquiera residen en el hogar familiar.

«Esta tesitura resulta tan clara que, incluso, la ley cuenta con excepciones manifiestas, dentro de las cuales se incluyen animales como los perros usados por las fuerzas y cuerpos de seguridad», expone la Federación. Las normativas específicas de cada uno de los sectores en los que se emplean animales ya poseen reglamentaciones de obligado cumplimiento, acordes a cada una de las realidades y especificidades de estos animales. Al uso de los perros en las policías se añaden, por ejemplo, los animales que participan en espectáculos taurinos, que constituyen otra de las excepciones de la ley foral.

«No obstante, y como viene siendo habitual durante la última legislatura, el Gobierno de Navarra ha vuelto a mostrar su desdén hacia el colectivo cinegético», añade ésta. Y no solo a los cazadores, ya que se había reclamado la exclusión de la normativa de protección de los animales de compañía de aquellos animales que realizan tareas exclusivas, como, además de la caza, los perros pastores, los de asistencia, los empleados en la guarda, los perros recolectores de setas y trufas, así como las aves de cetrería, las de silvestrismo, las de reclamo, las palomas de colombicultura y colombofilia, así como otros animales dedicados a las actividades deportivas federadas.

El Gobierno de Navarra, en cambio, ha contestado que el hecho de destinar un animal a una finalidad concreta sí es compatible con la aplicación de una normativa que regule la protección y el bienestar de esos animales. «Se trata, no obstante, de una respuesta que elude el verdadero meollo del asunto, ya que el hecho no es que los animales empleados en la caza no estén protegidos (la normativa específica de la caza o de sanidad animal a nivel nacional y europeo poseen reglamentos muy claros para su cuidado), sino que las exigencias contenidas en la ley foral de protección de los animales de compañía son contrarias a la misma naturaleza de la caza y a las particularidades de los animales que trabajan en ella, por lo que, de facto, lo que se conseguirá con esta ley es prohibir la caza», añade la entidad federativa.

Dos coyunturas fundamentales que no tiene en cuenta este movimiento

Cazadores navarros en otra manifestación. © FCN

Este movimiento, sin embargo, no tiene en cuenta dos coyunturas fundamentales. Por un lado, «la actividad cinegética supone un sostén esencial del mundo rural, esa España vaciada de la que tanto se vanaglorian de defender y apostar por ella las clases políticas, pero que, a la hora de la verdad, sigue siendo la más olvidada y denostada», señala la Federación. «Y por otro, y aún más importante, el hecho de que la caza cumple una función esencial e importantísima para otro gran número de sectores: el control de las poblaciones animales y su equilibrio en la naturaleza; el cuidado del medioambiente; el freno a la expansión de enfermedades animales, como la peste porcina africana, que golpearían de lleno a la industria ganadera; la disminución de los daños a la agricultura; o la reducción de los accidentes de tráfico a consecuencia de atropellos a animales», defienden.

Por todos estos motivos, el mundo de la caza de la Comunidad foral ha decidido que «ya se ha cansado de que el Gobierno desoiga sus peticiones y las de los sectores ganadero, agrícola y rural, y se concentrará el próximo 9 de junio a las puertas del Parlamento de Navarra, como ya hizo en las calles del centro de Madrid el pasado 20 de marzo, «para gritar muy alto que la caza es libertad y que los cazadores son una pieza fundamental de la protección del medioambiente y de la supervivencia del mundo rural».

       
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