El regreso de la caza de la tórtola europea a los campos españoles tras cuatro años de moratoria se ha saldado con un resultado muy moderado: solo se abatió el 22% del cupo autorizado. De las 106.920 tórtolas asignadas a España para la temporada 2025, los cazadores abatieron 23.826 ejemplares, una cifra que el sector interpreta como muestra de prudencia y responsabilidad en la gestión.
Durante la jornada celebrada este 5 de noviembre en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la Fundación Artemisan presentó junto al MAPA los datos de su convenio de colaboración para el seguimiento de las especies cinegéticas. La iniciativa ha permitido medir con precisión el impacto real del levantamiento de la moratoria, dentro de un marco de caza adaptativa y control científico.
El sistema, que se desarrolló entre el 23 de agosto y el 14 de septiembre, contó con la participación de 3.676 cazadores y 545 cotos autorizados, con un total de 5.394 precintos digitales expedidos. Las cifras confirman la eficacia de un modelo que combina gestión sostenible y participación responsable del sector cinegético.
La iniciativa se enmarca en el convenio firmado en 2022 entre la fundación y el Ministerio, destinado a impulsar la investigación aplicada y los sistemas de control poblacional de especies de caza menor como la tórtola europea (Streptopelia turtur) y la perdiz roja (Alectoris rufa). El acuerdo también ha permitido consolidar herramientas como el Observatorio Cinegético, que recoge datos de campo aportados directamente por los cazadores.
Una extracción muy lejos de los cupos autorizados
La distribución de las cuotas se acordó entre el Ministerio y las comunidades autónomas. Según datos a los que ha tenido acceso Jara y Sedal, Andalucía, con 35.497 tórtolas autorizadas, solo cazó alrededor de 11.000, mientras que en Castilla y León, con 13.472 ejemplares de cupo, solo se alcanzó un 18% de la extracción —2.389 capturas—. En Castilla-La Mancha, la cifra total autorizada fue de 18.283, si bien no ha trascendido el dato exacto de las finalmente capturadas.
Estos datos muestran un patrón homogéneo: la caza se ha desarrollado con mucha moderación, muy por debajo de los límites permitidos. De hecho, el grupo de trabajo NADEG (formado por los países europeos con presencia de la especie) había recomendado en marzo de 2025 permitir un aprovechamiento limitado y controlado, al constatar un crecimiento sostenido de la población en Europa, si bien este se ha llevado a cabo de manera muy prudencial.
Un precedente para la gestión adaptativa
La experiencia española será ahora evaluada de nuevo por la Comisión Europea, que valorará los resultados de esta primera temporada tras la moratoria. Desde Artemisan confían en que los datos refuercen el modelo de gestión adaptativa, basado en la ciencia, la colaboración y el compromiso del sector.
