El cazador Blas Enrique González, presidente del coto de caza de la localidad toledana de Villacañas -compuesto por unos 280 cazadores- ha protagonizado un vídeo que ha enviado a la redacción de Jara y Sedal en el que cura a una liebre enferma de mixomatosis que encontró hace dos semanas en el término del municipio manchego.
Aunque González explica que hace dos años curó tres más, ha sido ahora cuando ha decidido a grabar el proceso de sanación de este ejemplar, uno de los treinta que se han notificado en Villacañas con mixomatosis en las últimas semanas.
Suero y colirio para empezar el tratamiento de la liebre
«Hace dos años cogimos algunos ejemplares con la enfermedad y empezamos a tratarlos, limpiándoles las zonas afectadas con suero. Ahora lo hemos hecho también con este, que ha conseguido sobrevivir», comienza explicando Blas.
El primer paso fue tratarlos con un colirio antiinflamatorio, aplicado en las zonas afectadas, principalmente los ojos y los genitales. «Los cuatro primeros días son los más fuertes para la enfermedad. Si a partir del cuarto día la liebre supera el tratamiento, la enfermedad va a menos», detalla el cazador.
Furacin o Dalsy, siguientes pasos para tratar la mixomatosis
El siguiente paso tras el colirio y el suero es la aplicación del Furacin, una pomada antibiótica que se usa para paliar las quemaduras del ser humano. «Normalmente le echaba una vez al día a la liebre y, cuando iba viendo que mejoraba, le echaba cada 48 horas», explica Blas a este medio. Posteriormente, le estuvo aplicando en los párpados una pomada de curar heridas de caballos que le recomendó un veterinario.
Otro de los medicamentos humanos aplicados fue el Dalsy, un jarabe infantil que tiene el ibuprofeno como principio activo. En este caso, Blas aplicaba a la liebre con mixomatosis un miligramo con una jeringa, algo que evitaba que le subiese la fiebre y controlaba la inflamación.
Comida y agua, fundamental
Que la liebre tenga alimento e hidratación durante todo el proceso es fundamental. «Durante la primera semana vi que el animal iba mejorando, y cuando ya ves que no le supura pus en los ojos y en la nariz, la vas dejando de tratar poco a poco, porque el antibiótico lo que hace es castigarle el hígado. Desde ese momento, no le puede faltar agua ni comida: yo le echaba hojas de lechuga, sandía y avena en verde. Cuando ya empieza a defecar quiere decir que los genitales los tiene desinflamados y que va hacia adelante», relata González.
Por último, la segunda semana de curación está dedicada a la estabilización del animal y la cicatrización de las heridas de mixomatosis antes de su liberación. En el caso de Blas, la liebre tenía un recinto de 1,22 por 1,22 metros, por lo que cuando el animal «daba enormes saltos» el cazador entendió que era el momento de devolverlo al campo.