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Desgarrador testimonio de un cazador víctima de los furtivos: «me han matado a un perro»

Rafael Álvarez denuncia la muerte de uno de sus canes «en un lazo» y relata con impotencia cómo otros dos comieron carne envenenada o con anzuelos.

15/1/2020 | Redacción JyS

A la derecha uno de sus perros muerto en un lazo, a la izquierda carne con anzuelos encontrada en el mismo coto. / R. A.

El cazador leonés Rafael Álvarez Gómez, que en la actualidad vive en Ponferrada, ha denunciado ante Jara y Sedal la muerte el pasado fin de semana de uno de sus perros de raza setter inglés por culpa de un lazo «colocado por furtivos para matar los lobos» -según describe el cazador- en un coto de la localidad gallega de Lamalonga.

En primer lugar, Rafael explica que aquella mañana de caza «empezó con sorpresa», ya que mientras estaba cazando becadas vio a uno de sus perros «tragar un trozo de carne con unos polvos por encima». Se trataba de veneno, pero la fortuna hizo que el aceite de oliva que Rafael le hizo tragar al animal impidiese que se intoxicara.

La desgracia llegó sin embargo varias horas más tarde, cuando Rafael se dio cuenta de que le faltaban tres de sus perros, a los que esperó durante cuarenta minutos en la zona. «Uno de ellos llevaba el beeper, por lo que después de estar esperándolos marché con el coche a un lugar más adelante y logré localizar a dos de los perros perdidos».

A Álvarez le extrañó ver a los dos canes acercarse a él pero irse rápidamente a una zona más abajo. «No sabía por qué hacían eso», nos comenta. Posteriormente, tras seguirles, vio al tercer perro que faltaba atrapado en un lazo. «Estaba muerto», comenta entristecido el cazador.

Rafael Álvarez denuncia que probablemente habrá sido alguien al que el lobo le esté generando problemas quien haya puesto las trampas y añade que ya ha hablado con la Consejería de Medio Ambiente de Orense y también lo va a hacer con el SEPRONA: «No voy a tolerar que se sigan poniendo esas trampas», admite. «Soy criador de perros, me han fastidiado uno de mis mejores reproductores y yo no tengo culpa de que el lobo le cree problemas a nadie. Yo tengo que salir a cazar. Me parece una vergüenza que se pongan esas trampas y el veneno».

Este es el vídeo que nos envía el cazador del momento en el que encuentra a su perro muerto:

Casi pierde otro de sus setter en el mismo coto hace unos meses

Los trozos de carne con anzuelos que a punto estuvieron de costarle la vida a otro de sus perros. / R. A.

En el mismo coto, Rafael Álvarez denuncia que hace unos meses casi pierde a otro de sus setter durante una jornada de becadas. «Cuando me di cuenta, el animal estaba comiendo un hígado que había allí tirado, que yo creía que era de un corzo muerto. Cuando lo cogí vi que tenía una quincena de anzuelos. Rápidamente le saqué de la boca el hígado y me fui al pueblo corriendo y conseguí provocar que vomitase. Efectivamente: expulsó más anzuelos».

Lógicamente intranquilo, aquel día Rafael acudió al veterinario para hacerle una radiografía al animal, donde comprobó que, por suerte, había expulsado todos los anzuelos.

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