«O era ella, o era yo». Así de tajante se ha mostrado el cazador que el pasado domingo tuvo un fatal encuentro con una osa durante una batida de jabalí en el valle de Bardaji, en la Comarca de la Ribagorza, en la provincia de Huesca. Agentes de Protección de la Naturaleza, miembros de la Patrulla oso del Gobierno de Aragón y el Seprona ya investigan su muerte, que según la versión del cazador y la de todos los testigos presentes, fue realizada en defensa propia.
Según fuentes relacionadas con la investigación a las que ha tenido acceso Jara y Sedal, todo parece indicar que el cazador actuó correctamente en todo momento, aguantando su ataque hasta que el animal se encontraba a escasos cinco metros de él con evidente intención de hacerle daño.
«Era una osa reintroducida en Francia que se vino a zona española y que previamente había causado problemas entre los ganaderosy habitantes de la zona», explica a Jara y Sedal Fernando Tello, presidente de la Federación Aragonesa de Caza.
Así sucedió todo
El pasado domingo, los cazadores protagonistas de esta desafortunada historia fueron a realizar una batida de jabalíes a petición de agricultores y ganaderos, los cuales sufren las consecuencias de la sobrepoblación de este animal. En un momento dado, un sabueso llegó a la boca de una cueva y se puso a ladrar. Segundos más tarde, el resto de la rehala también llegó al lugar y fue entonces cuando la osa, de grandes dimensiones, salió al exterior.
«El resacador la intentó espantar tirando varias piedras para que se fuese de allí, y lo consiguió… pero fue directamente donde se encontraban los puestos de los cazadores», explica Tello. En ese momento, y justo cuando pasó cerca de uno de los puestos, el cazador cumplió punto por punto lo indicado en el manual que la administración ha elaborado para saber cómo actuar ante un encuentro con un oso.
«Él actuó correctamente, le gritó y movió los brazos hacia arriba para espantarla, pero la osa, en vez de salir corriendo, se revolvió y se fue hacia el cazador. Aguantó todo lo que pudo, pero ella no se detuvo y abrió fuego cuando se encontraba a unos cinco metros», relata Tello. Tal y como el propio cazador aseguró a La Vanguardia: «Era la osa o era yo».
«El animal tiene tres disparos en mitad del pecho, de frente: no están ni de lado ni en los jamones. Están justo en el lugar en el que se dispara por defensa propia», afirma el presidente de la Federación Aragonesa de Caza, la cual se va a hacer cargo de la defensa jurídica del cazador en este caso desafortunado que «le podría haber pasado a cualquiera».
Algunos ataques que se le atribuyen a esta osa: la muerte de 70 ovejas que se despeñaron en Huesca
La osa Sarousse nació en 1999 y fue introducida en el Pirineo francés (Arbas) el 21 de agosto de 2006. Poco después de la liberación perdió su collar emisor y fue capturada de nuevo y reintroducida en noviembre de 2007 en Marignac. Tras tres años asentada en el Valle de Arán, la osa se desplazó al sur, al macizo del Turbón, donde se asentó en el 2010. La última vez que la osa Sarousse fue vista fue en septiembre en la zona de Espés Alto, en el municipio de Laspaúles, gracias a unas cámaras de fototrampeo.
A ella se le atribuía el despeñamiento y muerte de 70 ovejas en el monte Quimboa, en Ansó (Huesca). El incidente tuvo lugar hace un año, tal y como explicó Imanol Orduna, ganadero propietario del rebaño, «nos dimos cuenta de que faltaban unas 90 ovejas y que otras estaban malheridas. Llamamos al guarda del oso que, tras realizar una batida, encontró a las ovejas despeñadas y muchas de ellas ya pasto de los buitres».
Previamente, en el año 2012, también se grabó a la osa al lado de una oveja que había matado.