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Cazan uno de los jabalíes más insólitos de los últimos años en una espera por daños en Teruel

El cazador tras una espera de jabalí y detalle del extraño animal. © J. A.

Javier Arrios Pellicer es un cazador natural de Fuentes Claras, un municipio ubicado en la provincia de Teruel y ha sido el protagonista de uno de esos lances que marcan y que se convierten en escenas muy difíciles de olvidar para los amantes de la cinegética. Esto se debe, sobre todo, al sorprendente ejemplar de jabalí al que ha conseguido dar caza.

La jornada tuvo lugar el pasado día 13 de junio en el coto de este cazador, un coto municipal localizado en dicho pueblo de Teruel. Tal y como ha contado el propio Javier al equipo de Jara y Sedal, contaban con «permisos para cazar jabalí por daños en los trigos».

Fue ese mismo jueves cuando decidió salir a hacer una espera, como tantas otras que ha llevado a cabo en ese coto. «Lo tenemos organizado por días y zonas para ir a estas esperas y no tener ningún peligro entre nosotros», ha concretado el cazador.

Una jabalina con el morro abierto y sin colmillos

Amaneció siendo un día soleado y con el viento en calma. El reloj marcaba las 20:30 horas cuando Javier llegó al puesto y, después de dos horas de espera, de repente salieron dos corzos a la orilla del monte. «Recelaban, no querían salir, no sé si no se fiaban mucho ya que no había nada de viento. Entonces, los vi que fijaron su mirada hacia dentro del monte y, al momento, salieron corriendo», ha comenzado a contar sobre dicha jornada.

«En ese instante, se quedó parada una jabalina en la orilla del trigo y me puse a observarla a través del visor. Algo no me cuadraba, estaba súper delgada y se le intuía algo raro en el morro», ha destacado el cazador. Al percatarse de esto y viendo que iba sola, sin ninguna cría, decidió disparar.


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Sin embargo, el animal no cayó y, al ser prácticamente de noche, decidió que a la mañana siguiente saldría a buscarlo. «Al otro día, cuando regresé, me encontré la jabalina a unos 30 metros de donde le había disparado», ha detallado.

© J.A.P.

«Mi sorpresa fue ver ese morro totalmente agrietado y ya curándose. Pienso que se le hizo un favor a ese animal al sacrificarlo», ha concluido el cazador sobre las heridas con las que el jabalí contaba en su jeta y que además tenía los colmillos partidos. Desconoce la causa pero, sin duda, es una de los ejemplares más extraños que ha visto nunca.

       
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