La temporada de caza de la tórtola europea (Streptopelia turtur) ha contado en el último año con la tercera campaña de implementación del plan de gestión adaptativa de la especie liderado por la Comisión Europea (CE).
Si bien se ha solicitado una moratoria total sobre la caza de tórtolas, los Estados miembros de la ruta migratoria central y oriental han seguido la recomendación de la Comisión Europea en 2021 de reducir la tasa de captura en un 50%. Esta ruta migratoria incluye a Austria, Rumania, Italia, Malta, Bulgaria, Grecia y Chipre, aunque este último forma parte de la ruta migratoria Mar Negro-Oriente Medio.
Cupos y registro de las capturas en tiempo real
En general, estos Estados miembros han logrado una reducción de la captura de más del 70%, tanto en 2021 como en 2022. Este éxito ha sido el resultado del establecimiento de cuotas de captura nacionales o regionales y diarias o estacionales para los cazadores. Por ejemplo, en varias regiones italianas se estableció un límite de captura de 10 tórtolas por temporada y por cazador, con un máximo de 5 por día. Para seguir la progresión de estos cupos, se crearon nuevos sistemas de informes en línea que permiten a los cazadores registrar las capturas en tiempo real. Así, una vez alcanzado el cupo establecido, se cierra la temporada de caza de tórtolas.
«Las reducciones de las capturas en la ruta migratoria Centro/Este han sido un éxito hasta el momento», informan desde la Federación de Asociaciones de Caza y Conservación de la UE (FACE, por sus siglas en inglés), gracias al apoyo activo de la comunidad cazadora de esos Estados miembros. Los resultados de la temporada de caza de 2023 se analizarán próximamente en el marco del Grupo de Trabajo de la UE sobre la Recuperación de las Aves.
La necesaria gestión del hábitat
Sin embargo, «reducir la captura por sí sola no recuperará las poblaciones de tórtola», advierten. La gestión y las acciones de restauración más amplias del hábitat son clave para la recuperación de todas las aves ligadas al medio agrario. «La tórtola necesita un hábitat adecuado para reproducirse y alimentarse, que han ido desapareciendo debido a la intensificación agrícola en toda Europa», advierten.
Afortunadamente, los cazadores se han dedicado durante mucho tiempo a la conservación de la tórtola europea invirtiendo recursos sustanciales en medidas de hábitat donde la especie es cazable. Por ejemplo, mientras los estudios han puesto de relieve la importancia de la presencia de la vegetación natural en las tierras de cultivo para la tórtola, los cazadores de Vendée (Francia) han plantado 512.000 árboles y arbustos en los últimos 20 años, lo que representa un total de 374 hectáreas de bosques y 96 kilómetros de lindes con especies arbóreas, financiados por la Federación de Caza.
Más de 110.000 hectáreas de siembras y 2 millones de euros invertidos
Otro buen ejemplo es la siembra de miles de hectáreas al año -más de 110.000 entre 2005 y 2019 por un coste de más de 2 millones de euros financiados por la Confederación Helénica de Cazadores- con cultivos ricos en semillas, como el girasol, que no se cosechan y que crean un rico mosaico de cultivos altamente beneficiosos para la tórtola y la biodiversidad en general.
«Los cazadores también participan activamente en la investigación, por ejemplo, con la recolección de alas obtenidas mediante la recolección. El análisis de los datos resultantes de los estudios de alas es útil ya que proporciona una estimación de la proporción entre adultos y juveniles que se cazan, que puede usarse para seguir el éxito reproductivo anual», destacan desde FACE.
Por todo ello, la entidad cinegética insta a sus miembros, así como a las autoridades nacionales, a continuar los esfuerzos en la gestión y restauración del hábitat, la investigación y el monitoreo. Esto incluye mantener buenos programas de informes de capturas y mejoras en los sistemas cuando sea relevante.
FACE asegura que podría compaginarse la caza con la recuperación de la especie
Como conclusión al último informe realizado, el de 2023, FACE asegura que la recuperación de la población de tórtola europea se puede alcanzar manteniendo bajas las oportunidades o cupos de caza. Esto se basa en gran medida en el hecho de que «el principal impulsor de la disminución de la población de tórtolas es la pérdida de hábitats, no la caza», aseveran.
«Otras especies no cazables siguen la misma tendencia. Es evidente que reducir la caza por sí sola no recuperará la tórtola; por lo tanto, el elemento clave para la recuperación de la población es la restauración de su hábitat con la participación de las partes interesadas clave interesadas en conservar esta especie», añaden.
Además, han detallado que «los modelos y predicciones de población disponibles hasta el momento, muestran que una la reducción de las capturas al 33% daría como resultado la estabilidad de la población en la ruta migratoria central/oriental y un aumento en la ruta migratoria occidental».
Para obtener más información sobre el proceso del plan de gestión adaptativa y el trabajo de los cazadores en la conservación de la tórtola, puede consultarse los informes de FACE sobre su progreso. Pincha aquí si quieres acceder al del primer año, aquí para acceder al de la segunda temporada o en este enlace para consultar el de 2023.