Quien cultiva conoce demasiado bien esa mezcla de desánimo y rabia: madrugar para esquivar el calor y descubrir que faltan hileras enteras, que han forzado candados o que las vallas aparecen cortadas. No son solo los kilos de fruta que desaparecen; se van también horas de trabajo, combustible, reparaciones, confianza. Denunciar exige tiempo y, muchas veces, la sensación de que nada cambiará se impone. Ese desgaste continuo empuja a algunos a buscar atajos que, bajo la apariencia de soluciones imaginativas, cruzan líneas legales y éticas.
Las redes sociales, además, aceleran el ciclo: un gesto impulsivo se convierte en altavoz, multiplica el impacto y, con él, las consecuencias. El caso que nos ocupa arranca precisamente aquí, en el que un agricultor se ha convertido en protagonista de una polémica en TikTok tras publicar un vídeo en el que aparece junto a un cartel con el mensaje «Peligro: veneno en hortalizas». En la grabación se le ve inyectando con una jeringuilla un líquido en un melón y una sandía de su huerto. El contenido ha sido interpretado como un aviso directo a los ladrones que, según él, le sustraen regularmente parte de la cosecha.
Para reforzar el mensaje, el propio autor incluye una frase ambigua: «Otra cosa es con lo que esté pinchada, o no», lo que ha alimentado aún más el revuelo entre los usuarios. El vídeo rápidamente ha generado miles de visualizaciones y decenas de comentarios.
Advertencias legales y opiniones divididas en los comentarios
En sus reacciones, los usuarios le advierten de que este tipo de acciones pueden constituir un delito y que el propio vídeo podría servir como prueba en su contra. Frases como «Es delito, tío», «Te puede caer la del pulpo» o «Cuando se muera ya sabes quién ha sido» se repiten en los comentarios.
Aunque también ha habido mensajes de apoyo y comprensión hacia el agricultor por la situación que vive en su finca, la mayoría de respuestas llaman a la cautela y alertan sobre los riesgos de este tipo de advertencias, especialmente si algún menor o vecino accede a la fruta.
@luismiguelgonzalezsanz
Un segundo vídeo aclara que todo fue una broma
Tras la repercusión del primer vídeo, el agricultor ha reaparecido en TikTok con una segunda publicación. En ella aclara que no utilizó veneno, que lo que inyectó fue simplemente agua, y que todo se trataba de una broma para hacer la gracia entre su audiencia.
En este nuevo vídeo, además de aclarar la confusión, lanza una reflexión crítica hacia quienes se han escandalizado por su gesto, asegurando que nadie protesta por los productos químicos presentes en frutas, hortalizas o carnes procedentes de fuera de la Unión Europea. «Ahí sí que os están envenenando», afirma.
También añade que no consume las sandías que cultiva porque le repiten y que suele regalarlas, restando importancia a la grabación inicial. «Más vale que empecéis a protestar por lo que os están metiendo», concluye.
@luismiguelgonzalezsanz
