No todas las grandes capturas comienzan con un costoso montaje o un cebo sofisticado. A veces, el secreto está en lo más simple y cotidiano. Así lo demuestra el popular pescador Raúl López Ayala en el capítulo 30 del podcast Spanish Carpers, donde comparte una anécdota inolvidable ocurrida en un lago del Parque Natural Adamello Brenta, en Italia. Allí, tras varios días sin resultados destacados, un inesperado consejo de su compañero romano Belco Belltuchi le cambió el día.
Raúl llevaba jornadas cebando la zona, tratando de activar la actividad en el fondo del lago. Era una zona difícil, en la que la paciencia y la observación jugaban un papel clave. Fue en ese momento, cuando ya pasaban las diez de la mañana, cuando su amigo le soltó la frase que lo descolocó: «Ahora es el momento de pescar con ajo». Pensó que se refería a bolas con aroma, o a algún tipo de engodo, pero lo que Belco sacó fue una cabeza de ajos.
Un cebo de cocina que desata la locura
Belltuchi preparó el montaje con un diente de ajo entero, lo montó en el anzuelo con naturalidad y lo lanzó justo en el punto que llevaban días cebando. Raúl, aún incrédulo, decidió imitarle. Lo que ocurrió a continuación fue tan sorprendente como revelador.
«Lanzo ahí en mitad del sitio donde estábamos cebando, no pasa ni una hora y media y se arranca la caña… Clavo y… una carpa de más de 25 kilos», relata en el podcast. No fue un golpe de suerte aislado. A partir de ese momento, y siguiendo el mismo patrón, empezaron a sacar varios peces por encima de los 20 kilos.
Este método, lejos de parecer improvisado, tiene sentido si se considera el potente aroma del ajo. En aguas tranquilas y cebadas, un estímulo olfativo tan fuerte puede marcar la diferencia, sobre todo en días en los que las carpas se muestran reacias.
El cierre de una etapa
La anécdota forma parte del último episodio del podcast Spanish Carpers, un espacio que durante tres temporadas ha compartido experiencias, conocimientos y aventuras de carpfishing por toda Europa. Raúl López Ayala y Antonio han recorrido lagos y ríos de países como Rumanía, Francia o Italia, enfrentándose a récords, inclemencias y jornadas épicas.
Con este capítulo, los creadores se despiden de sus oyentes, no sin antes regalar una última historia que muchos recordarán cada vez que abran su alacena y vean una cabeza de ajo. A veces, lo extraordinario está al alcance de la mano… o del anzuelo.
