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Un braco de Weimar protagoniza una muestra de libro a un conejo

Rumba, durante una jornada de campo. © A. R.

El cazador Aitor Rubio, de 34 años de edad y miembro de la sociedad de cazadores de la localidad cacereña de Jaraicejo, forma junto a su perra de tres años ‘Rumba’ una pareja extraordinaria. Las muestras de su can, de raza braco de Weimar, hacen las delicias de muchos cazadores a través de las redes sociales. Jara y Sedal se ha acercado a la historia de este perro y su dueño.

«Esta perra procede de dos cachorros que compré, y fue un amor a primera vista», comienza explicando el cazador a esta redacción. «Cuando tuve la primera camada, salió una perra que era la más lista de todas. Le empezamos a dar biberón y le tuvimos un cariño especial; fue creciendo hasta hacer estas geniales muestras» que, según Rubio, realiza por instinto natural, pero también «por el cariño que le hemos ofrecido en estos tres años y por las múltiples salidas de caza que ha tenido».

Tal y como puede verse en el vídeo, Rumba protagoniza unas efectivas muestras y permanece prudente a la espera de las órdenes del cazador: «Es un lujo que haya salido así», expone Rubio.

Su especialidad, las perdices

Aitor Rubio junto a dos de sus perros de raza braco de Weimar. © Aitor Rubio

El cazador prosigue explicando que ‘Rumba’ «es pura elegancia, y es muy buena cazando, tanto para pelo como para pluma», aunque su especialidad, según su dueño, son las perdices. «Le he dedicado mucho tiempo, mucha paciencia y muchas ganas con la caña», sistema en el que suele emplearse un palo, una cuerda y unas alas de una especie cinegética para enseñar a los cachorros.

Rubio destaca por último el gran tesoro interior que posee el perro: «Es instinto cazador puro y duro».

       
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