Esta pareja de novios vivió una apasionante jornada montera en Huelva en la que se estrenaron cazando cérvidos con un gran gamo que no olvidarán jamás.
Redacción JyS
Los jóvenes Pedro Gil Fernández, natural de Huelva, y Miriam Luque García, natural de la localidad sevillana de Lora del Río, se estrenaron en la caza de cérvidos hace unas semanas durante una montería celebrada en la provincia de Huelva. Lo hicieron abatiendo un gamo que jamás olvidarán, además de varios jabalíes en el mismo puesto.
La jornada comenzó con suerte en la finca ‘Los Millares’, ya que Miriam cogió la papeleta y el orgánico le aseguró que, dos años antes, ese había sido «el mejor puesto de la montería». Eso llenó de moral a la joven y a su novio. «Los nervios iban en aumento, partían las armadas y, al llegar al puesto, vimos que era uno muy limpio, y ya antes de bajarnos del coche pudimos ver algún que otro gamo corretear por el lugar», asegura Pedro Gil. Había buen presagio.
«Nos colocamos y aún sin cargar el rifle ya venían varios guarros para nosotros, de los cuales pudimos abatir uno», señala sobre el apasionante inicio de montería. Fue «un poco más tarde» cuando apareció el protagonista de esta crónica. «Después de confirmar que se trataba de un buen gamo pude disparar y acertar a la primera», asegura.
Después no paraban de entrar jabalíes. «Corrían por el limpio, cruzaban por el monte, venían en tropa, zorreados…», relata el joven. Al finalizar la mañana, fueron a ver el gamo de cerca: «Era impresionante. Nos dijeron que podría ser medalla», describe el joven. «Poco después recogimos todos los bártulos y cuando ya estamos montados en el coche para partir hacia el cortijo, pudimos ver cómo pasaban más guarros por nuestra postura… un auténtico espectáculo», declara aún emocionado sobre lo que pudo vivir aquel día junto a su novia.
El primer gamo de este joven en Cádiz que jamás olvidará
Hace unos meses, fue protagonista en Jara y Sedal cómo el joven Javier Mesa Ortiz, de 22 años de edad, cazó un gamo que se quedó solo a tres puntos de erigirse como medalla de oro. Lo abatió en pleno Parque de los Alcornocales, dio 176.2 puntos y fue un regalo de su padre, Rafael Mesa. Lo cazó después de seis horas tras sus pasos durante la ronca. Nos lo cuenta aquí.