En los últimos años, Barcelona ha visto cómo los jabalíes de Collserola han perdido el miedo a la ciudad y han empezado a recorrer con frecuencia calles, parques y zonas residenciales. A la búsqueda de alimento fácil en contenedores y jardines, su presencia se ha convertido en un problema de seguridad y convivencia que preocupa cada vez más al consistorio.
La realidad es que ya no se trata de avistamientos puntuales. Las colonias de cerdos salvajes que antes apenas se dejaban ver en barrios de montaña se han multiplicado y alcanzan hoy casi cualquier punto de la trama urbana, incluidos los barrios marítimos y hasta el Puerto de Barcelona. Ante esta situación, el Ayuntamiento ha decidido reforzar su estrategia de control con un contrato de cuatro meses valorado en 70.000 euros.
Un contrato de emergencia
El acuerdo, firmado el 29 de agosto y en vigor desde el día 30, se ha adjudicado a Astrovet Solutions, una empresa de Vilademuls (Girona) especializada en fauna salvaje. Según el contrato, la compañía se encargará de realizar «capturas reactivas» de animales asilvestrados o salvajes en el espacio público, con anestesia y, cuando sea necesario, eutanasia conforme a la legislación vigente.
Los animales capturados permanecerán en instalaciones habilitadas en Llars Mundet y en el Parque del Laberinto de Horta. Además, Astrovet deberá prestar apoyo veterinario en operativos programados de captura de jabalíes y ofrecer un servicio de atención y recogida de fauna.
Un problema creciente
El fenómeno preocupa no solo por los daños materiales. Tal como recoge un informe municipal citado por Metrópoli, «los jabalíes dentro de la zona urbana son un problema para la ciudad. Los que habitan en el parque natural de Collserola se sienten atraídos por la comida que pueden obtener fácilmente de la zona urbana, como la que pueden extraer de los contenedores de basura y papeleras».
A ello se suma la alimentación directa proporcionada por algunos ciudadanos, una práctica que acelera la habituación de los animales al entorno urbano. El resultado es un aumento de accidentes de tráfico, destrozos en céspedes y jardines, agresiones puntuales y el riesgo de transmisión de enfermedades.
Más especies salvajes en la ciudad
La presencia de jabalíes es el síntoma más visible, pero no el único. Los informes municipales subrayan que en los dos últimos años también ha crecido la presencia de zorros y corzos en la ciudad. En paralelo, se registran casos de animales escapados, abandonados o atropellados que requieren captura o eutanasia.
El Ayuntamiento reconoce que, en algunos supuestos, puede llegar a ser responsable subsidiario de los daños ocasionados por la fauna cinegética. De ahí que haya optado por blindarse con este contrato, que revalida la apuesta por Astrovet tras una licitación fallida en la que una empresa rival fue descartada por presentar una oferta considerada temeraria.
El reto para los próximos meses será contener un problema que ya ha desbordado la frontera de la Ronda de Dalt y que amenaza con normalizar la convivencia diaria con especies salvajes en plena ciudad.
