A menudo pasa desapercibida un tipo de siniestralidad en las carreteras que representa un riesgo significativo para conductores y animales: los accidentes que involucran la invasión de ciervos, corzos o jabalíes en las carreteras. Anualmente, más del 30% de los siniestros registrados en España se producen con animales, pero hay zonas especialmente preocupantes. Según la DGT, en 2023 se registraron en Castilla y León un total de 18.667 accidentes en carretera, en los que en 11.454 estuvo implicado un animal.
Estos incidentes tienen profundas implicaciones tanto para los conductores como para la fauna salvaje. La invasión de animales en las carreteras puede ocurrir en cualquier momento, pero los últimos meses del año parecen ser especialmente propicios según las últimas estadísticas.
Incidentes difíciles de evitar
Impactar con un animal en movimiento puede causar graves daños en el vehículo, lesiones a los ocupantes y, en casos extremos, incluso la muerte. Debido a la imprevisibilidad de la conducta animal en la carretera, estos accidentes suelen ser difíciles de evitar, sobre todo si la velocidad es elevada.
Por todo ello y con el fin de prevenir los accidentes en carretera y proteger la fauna local, desde la DGT se han implementado en los últimos años diversas medidas, algunas enfocadas en influir en el comportamiento de los animales. Entre estas destaca una opción sorprendentemente simple.
El sencillo dispositivo que recomienda la DGT
Desde hace algunos años la DGT recomienda instalar en vehículos que transiten por zonas rurales con abundante fauna como ciervos, jabalíes o corzo, una especie de dispositivo similar a un silbato. Estos pequeños dispositivos de plástico se pueden colocar a la rejilla del radiador de un coche. Su funcionamiento es sencillo: al circular a una velocidad superior a los 50 kilómetros por hora, generan sonidos de baja frecuencia que resultan imperceptibles para los humanos, pero que al aparecer tienen un impacto significativo en la fauna que habita cerca de las carreteras.
Estos dispositivos pueden parecer modestos, pero su eficacia en la prevención de accidentes y en la protección de la fauna son una herramienta que suma. Los sonidos emitidos por los silbatos actúan como un elemento disuasorio para los animales, alertándolos sobre la proximidad de un vehículo y dándoles tiempo para alejarse del asfalto.
Un ejemplo notable de la implementación de esta medida se encuentra en las motocicletas y otros vehículos oficiales de la Guardia Civil, que llevan instalados este tipo de silbatos desde 2017. Esta medida demuestra no solo su efectividad, sino también su accesibilidad y bajo coste, convirtiéndola en una opción atractiva para tratar de evitar los accidentes con animales.
En resumen, estos pequeños silbatos que pueden adquirirse en conocidas plataformas de venta online como Amazon, representan una solución simple a un problema complejo. Su prometedora capacidad para reducir los accidentes de tráfico y proteger tanto a los conductores como a la fauna local los convierte en una herramienta más a tener en cuenta en la lucha por mejorar la seguridad vial.