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Un estudio revela cómo ayudar a los buitres a eliminar los restos cinegéticos en un solo día

Buitres. © Shutterstock

Un nuevo estudio científico coordinado por Fundación Artemisan aporta claves relevantes para mejorar la gestión de los subproductos cinegéticos mediante el aprovechamiento natural que hacen de ellos las aves carroñeras. El trabajo demuestra que los buitres, esenciales para el equilibrio del ecosistema, eliminan los restos animales con mayor rapidez cuando estos se ubican en zonas abiertas y elevadas, reduciendo así riesgos sanitarios.

La investigación, publicada en la revista científica Animals, forma parte del proyecto Caza en la Ecología de Aves Carroñeras (CEAC), desarrollado por Fundación Artemisan en colaboración con Fundación Bergara. El objetivo es analizar cómo los restos procedentes de la caza pueden beneficiar a especies como el buitre leonado y el buitre negro, y cómo, al mismo tiempo, estas aves colaboran en mantener la salud del ecosistema.

El artículo, firmado por las investigadoras Inmaculada Navarro y Raquel Castillo, se titula ¿Cómo mejorar la gestión de subproductos cinegéticos a través de las aves carroñeras?, y demuestra de forma concluyente que la altitud del terreno y la cobertura vegetal son factores determinantes para que los buitres detecten y consuman los cadáveres de ungulados silvestres, como el ciervo, con mayor eficacia.

Un papel clave para los buitres

Para llegar a estas conclusiones, el equipo analizó 67.510 fotografías obtenidas por cámaras trampa durante un mes de muestreo en un coto de caza de Sierra Madrona. Se evaluaron ocho localizaciones diferentes, con tres réplicas cada una, todas ellas con restos de ciervo procedentes de acciones cinegéticas.

Los resultados mostraron que, en zonas abiertas, los buitres llegaban antes y consumían por completo los cadáveres en un tiempo medio de solo 24 horas, mientras que en áreas densas, los restos podían tardar hasta 132 horas en desaparecer. En contraste, los jabalíes —presentes en el 75 % de los puntos— necesitaron más de seis días para consumir cinco cadáveres.

Esta diferencia pone de relieve el valor de los buitres como agentes sanitarios naturales, capaces de reducir los riesgos de transmisión de enfermedades tanto para la fauna como para los seres humanos.

Elegir bien el lugar

El estudio demuestra que no basta con permitir el abandono de subproductos de la actividad cinegética. Si no se escoge adecuadamente el lugar, los buitres pueden no llegar a tiempo y el cadáver queda expuesto, desaprovechando su potencial como recurso trófico y generando problemas sanitarios.

Los modelos estadísticos utilizados, con aproximación bayesiana, explican hasta el 61 % de la variabilidad en el tiempo de permanencia de los restos. Esto ofrece una base científica sólida para establecer recomendaciones de gestión.

Desde Fundación Artemisan se insiste en que la ubicación estratégica de estos restos en zonas abiertas y visibles no solo mejora su detección por parte de los buitres, sino que también refuerza la sinergia positiva entre la caza y la conservación, una relación que el proyecto CEAC lleva años investigando y promoviendo.

Una herramienta de gestión ecosistémica

Esta nueva evidencia científica contribuye a consolidar el papel de los cazadores como aliados en la gestión de la biodiversidad, al ofrecer a las especies carroñeras recursos esenciales y, al mismo tiempo, minimizar el impacto ambiental de los subproductos.

La Fundación Artemisan concluye que fomentar el papel de las aves carroñeras, con medidas tan sencillas como elegir bien los lugares de abandono de restos, puede convertirse en una eficaz herramienta para fortalecer la salud ambiental, animal y humana.

Puedes consultar aquí el estudio al completo.

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