Victoriano Urgorri, un ferrolano y catedrático emérito de Zoología Marina de la Universidad de Santiago de Compostela, se encontró el verano pasado con una auténtica invasión de avispas asiáticas (Vespa velutina) en el patio de su casa, ubicada en el barrio de A Graña. La ola de calor, con temperaturas superiores a los 30 grados, y la parra que tiene plantada en el patio, cuyas uvas maduras son un reclamo para estos insectos, fueron los factores que propiciaron la alarmante situación. Ante la imposibilidad de disfrutar de su espacio exterior, Urgorri decidió actuar.
El experto en zoología, con la ayuda de su hijo, comenzó a colocar trampas caseras hechas con botellas de plástico. Estas contenían una mezcla especial que resultó ser extremadamente efectiva. Además, según relató entonces a La Voz de Galicia, por las noches, cuando las velutinas no están activas, aprovechaba para cosechar la parra y así evitar que las uvas siguiesen atrayendo a las avispas.
Más de 200 avispas capturadas en solo una semana
En tan solo una semana, un total de 216 avispas asiáticas yacían muertas en el interior de las trampas. «Siempre muevo un poco la botella para que salpique el interior, y que ese olor las atraiga y una vez que entran ya no saben salir», explicó Urgorri. Una de las trampas capturó 125 ejemplares y la otra, 91. Las contó una por una.
El catedrático aseguró que lleva varios veranos instalando estas trampas, de cuya elaboración se informó buscando por Internet. «Aunque la cantidad de velutinas de este año no la había visto nunca», aseguraba en agosto del año pasado. Urgorri sospechó que podía haber un nido de velutina cerca de su vivienda, por lo que pasó a la acción.
Cómo fabricar las trampas
Las trampas caseras para la avispa asiática son una forma efectiva de combatir esta especie invasora que amenaza a las abejas y a las personas. Según algunos internautas que las han fabricado con éxito, existen diferentes formas de hacer una trampa casera con una botella de plástico y un cebo que atraiga a las avispas.
La trampa utilizada por Urgorri incluye una mezcla de vino blanco, cerveza negra, azúcar y zumo de arándano. Esta combinación es dulce y pegajosa, lo que hace que las avispas se queden atrapadas en la botella. Para hacer la trampa, se necesita cortar la parte superior de una botella de plástico y encajarla a modo de embudo en un lateral de otra botella para que sirva como entrada, pero no como salida, a las avispas en su vuelo. Después, se debe llenar el fondo de la botella con el cebo elegido hasta unos 10 centímetros de altura. Por último, se cuelga la trampa en un lugar donde haya avispas asiáticas, como cerca de un árbol frutal.
El ingenio de Urgorri no solo ha solucionado su problema de inmediato, sino que también ha captado la atención de los internautas. La efectividad de sus trampas ha sido destacada en redes sociales y medios locales, inspirando a otros a adoptar métodos similares para combatir esta temida especie.