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Descubren el botín oculto de un halcón peregrino en su nido: decenas de anillas de palomas mensajeras

© Shutterstock / Facebook

El descubrimiento se ha producido en Polonia, donde un nido de halcón peregrino apareció lleno de restos de palomas mensajeras, identificables por las numerosas anillas acumuladas. La imagen fue compartida a comienzos de diciembre en Facebook por Luís Filipe Fernandes y rápidamente se viralizó en grupos especializados en colombofilia, generando un intenso debate entre aficionados de varios países europeos.

La fotografía, atribuida a Philippe Veroone (Francia), muestra un entramado de huesos, plumas y anillas de distintos colores y numeraciones, correspondientes a palomas mensajeras procedentes de diferentes puntos. Para muchos colombófilos, la imagen es una prueba gráfica de un problema que vienen denunciando desde hace años y que, según aseguran, va en aumento.

No se trata de un caso aislado. El halcón peregrino es una especie altamente adaptativa, capaz de instalarse tanto en cortados naturales como en estructuras urbanas. Esa capacidad de expansión, unida a su eficacia como depredador aéreo, lo sitúa en el centro de un conflicto recurrente con la colombofilia.

Un impacto que va más allá de una imagen

En los comentarios que acompañan a la publicación, algunos aficionados aportan datos concretos sobre las pérdidas sufridas. Uno de ellos, António Asuos Sepol, relata su experiencia personal en un grupo de Facebook: «En el 2022 solo me dejaron 7 palomas… En el 2023 puse 200 anillas. Ese fin de año, solo quedaron 3 palomas… En el 2024 250 anillas y, a fin de año, quedaban 22 palomas… Este 2025, 200 anillas y a mediados de diciembre solo me quedan 14 palomas».

Estos testimonios reflejan una sensación compartida de indefensión y agotamiento. Más allá del daño económico, muchos colombófilos subrayan el componente emocional que supone perder animales criados y entrenados durante años, en algunos casos con un fuerte vínculo familiar y generacional.

La acumulación de anillas en un solo nido sugiere que determinadas parejas de halcón pueden especializarse en capturar palomas mensajeras, especialmente durante las sueltas, cuando estas vuelan a gran altura y en trayectorias previsibles.

Un debate que ya se vive en otros territorios

El caso de Polonia recuerda a lo ocurrido recientemente en Canarias, donde en diciembre de 2024 los aficionados alertaron de pérdidas de hasta el 40 % en los palomares por ataques de halcones peregrinos. Allí, la presencia creciente de estas rapaces en azoteas y edificios urbanos generó una fuerte polémica y peticiones de medidas de gestión para proteger una actividad centenaria.

Situaciones similares empiezan a aflorar en distintos puntos de Europa, impulsadas por la recuperación de poblaciones de rapaces y por la expansión de estas especies en entornos humanizados. El equilibrio entre conservación y actividades tradicionales vuelve así al centro del debate.

Por ahora, la imagen del nido polaco sigue circulando como un símbolo incómodo de ese conflicto. Para los colombófilos, no es solo una fotografía impactante, sino el reflejo de una realidad que, aseguran, amenaza la continuidad de su afición si no se aborda con criterios técnicos y diálogo entre todas las partes implicadas.

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