Un hallazgo insólito ha sacudido al departamento de Antioquia, en Colombia. Un agricultor, mientras trabajaba en la ampliación de una zona de cultivo de su finca, se topó con varios bidones enterrados a más de un metro de profundidad. Dentro encontró cientos de fajos de billetes en dólares, perfectamente conservados, cuyo valor asciende a 600 millones de dólares.
El descubrimiento, que parece sacado de un guion cinematográfico, fue inmediatamente notificado a las autoridades, que se desplazaron hasta el lugar para asegurar la zona. El campesino, que ha decidido mantener el anonimato por motivos de seguridad, se ha convertido en el inesperado protagonista de una historia que revive las sombras del narcotráfico en Colombia.
Bidones con dinero intacto
Según medios locales, los bidones presentaban un avanzado estado de deterioro, aunque los fajos de billetes se encontraban en condiciones sorprendentes, protegidos por la hermeticidad de los recipientes. Las primeras hipótesis señalan que este dinero pertenecería a una de las caletas del cártel de Medellín, ocultas en los años 80 y 90 por orden de Pablo Escobar.
No es la primera vez que aparecen escondites de este tipo. Tras la muerte del capo en 1993, se han hallado numerosas reservas enterradas en fincas y selvas colombianas. Sin embargo, pocas veces el valor ha alcanzado una cifra tan descomunal como en este caso.
Investigación en marcha
La Policía y la Fiscalía General de la Nación han abierto una investigación para determinar el origen exacto del dinero y esclarecer las circunstancias de su ocultamiento. Todo apunta a que se trataría de fondos imposibles de blanquear en su momento y que quedaron olvidados durante décadas bajo tierra.
El hallazgo ha generado también un debate sobre qué ocurrirá con esta fortuna. El gobierno de Gustavo Petro estudia si incautar íntegramente el dinero o si corresponde entregar una compensación al agricultor como recompensa por su hallazgo.
Entre el mito y la amenaza
El episodio ha reavivado el interés popular por los míticos tesoros de Escobar, que durante años han alimentado la imaginación colectiva en Colombia y fuera de sus fronteras. Pero junto al magnetismo de la historia surge la preocupación por la seguridad del agricultor y su familia, que podrían convertirse en objetivo de delincuentes interesados en el botín.
Lo que está claro es que este descubrimiento confirma que el legado de Escobar sigue enterrado en múltiples rincones del país, esperando a ser encontrado. Y que cada nuevo hallazgo no solo desentierra billetes, sino también recuerdos de una época oscura que aún marca a la sociedad colombiana.