Los numerosos ataques que el mundo rural está recibiendo en las últimas semanas están llevando a ganaderos y agricultores a realizar vídeos de denuncia como el siguiente, protagonizado por un profesional de los frutales valenciano que se graba delante de un campo de caquis que se ha quedado sin cosechar por los bajos precios a los que se los pagaban.
Tras la publicación del vídeo en el que un agricultor destrozaba hace unos días con su tractor un campo de caquis dando fe de la triste realidad del mundo rural, de nuevo esta grabación muestra la realidad del sector. En muchos lugares de esta región se plantó este fruto como alternativa al naranjo, que atravesaba una grave crisis que aún perdura, pero ese mismo problema también le afectó a él, y ahora cientos de agricultores se están viendo abocados a arrancar los árboles.
«A ver si nos espabilamos y salimos ya a la calle»
«Así arranca el año, en el sector primario español. ¿Ustedes ven esto? Esto es un caqui, duro como una piedra. ¿Y saben dónde está? Mírenlo, en el suelo. ¿Y por qué? Porque al propietario de este campo ni le han dicho los buenos días. No es que se lo hayan comprado barato, es que ni le han venido a preguntar. Esto es el resultado de las políticas agrarias que tenemos en nuestro país, pero qué vamos a esperar de ello, si tenemos un ministro de Consumo que se dedica a maltratar a los ganaderos, pues el ministro de Agricultura maltratando a los agricultores», denuncia el agricultor en el vídeo.
«Y ustedes, los que nos gobiernan, tienen la cara muy dura. No saben lo que nos están haciendo. Nos quieren manipular como marionetas, pero ya estamos hartos. ¿Saben qué? El año que viene no habrá ni uno, porque los van a quitar, y le tenemos que dar las gracias a esos que están en el Congreso de los Diputados, esos que cuando llega final de mes sí que se acuerdan… pero de cobrar el sueldo y de subírselo. Porque ahora en 2022 tienen el sueldo más alto a costa de los cuatro desgraciados que estamos cotizando en la Seguridad Social », sigue denunciando en el vídeo el agricultor de caquis.
«Y esto ya está pasando de castaño a oscuro, así que a ver si nos espabilamos y salimos ya a la calle y alguien nos escucha, porque los medios de comunicación de esto tampoco van a hablar», concluye.