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Acusan de maltrato animal a un TikToker que ‘hizo cosquillas’ a una mantarraya

Dos momentos del vídeo de la mantarraya. © TikTok

Un vídeo de TikTok en el que se ve a un hombre tocar a una mantarraya en su parte inferior y ésta reacciona abriendo su boca se ha hecho viral en las últimas horas. El hombre, en la grabación, asemeja a una carcajada el gesto del pez, aunque en realidad podría tratarse de dolor ocasionado por la forma con la que éste le aprieta.

@mafishguy fue la cuenta responsable de compartir el momento en el que la mantarraya fuera del agua fue tocada de forma similar a cuando se le provocan cosquillas a los humanos. El vídeo superó las 100 millones de reproducciones pero muchos de los internautas han criticado la acción, asegurando que ésta afectaba a la salud de la mantarraya.

Además, el animal hace un gesto en defensa propia en el que intenta clavar su aguijón venenoso en la mano del hombre. No olvidemos que la picadura de este pez puede producir fuertes dolores a una persona. Aunque la de este vídeo no es demasiado grande, las mantarrayas han provocado la muerte de seres humanos, entre ellas la del conocido buzo Philip Chan.

@mafishguy

Nothing to see here….just ##tickling a ##fish and making him ##laugh

♬ original sound – Fishing Guy

Una cola que, al clavarse, libera una toxina venenosa

El riesgo del pescador de este vídeo es evidente, porque la picadura de una raya de mayor envergadura puede ser fatal si clava su aguijón en el lugar adecuado. Este tiene forma de serrucho con púas venenosas y se rompe tras el ataque. Al clavarse produce un intenso dolor y libera una toxina venenosa que penetra en la piel, y llega a causar espasmos musculares, parálisis, dolor e irritación. Si te pica en el pecho puede desencadenar un paro cardíaco e, incluso, la muerte.

Otro vídeo reciente en TikTok de una raya que picó a un pescador

Como en más de una ocasión hemos recordado en Jara y Sedalla raya en principio sólo ataca si se siente amenazada, pero son frecuentes sus picaduras al pisarlas en las costas. Por eso la acción de otro pescador a inicios del mes de junio fue toda otra temeridad: cogió una raya con sus propias manos y ésta clavó su aguijón venenoso en su piel. En milésimas de segundo, el hombre cae al suelo retorciéndose de dolor… Así ocurrió todo.

       
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