El Museo Naval de Madrid ha sido escenario este domingo de un nuevo acto de protesta protagonizado por el colectivo climático Futuro Vegetal, cuyas dos integrantes lanzaron pintura roja biodegradable contra el cuadro Primer homenaje a Cristóbal Colón, del pintor José Garnelo. El ataque se produjo en torno al mediodía, en pleno festivo del 12 de octubre, y obligó a desalojar temporalmente la entrada principal del museo.
El lienzo, ubicado en una de las zonas más transitadas del edificio, ha resultado dañado en su mitad izquierda, según confirmaron fuentes policiales. Las activistas fueron retenidas por un funcionario del centro hasta la llegada de agentes de la Policía Nacional, que procedieron a su detención.
Las dos mujeres, cuya identidad no ha trascendido, fueron trasladadas a dependencias policiales y se enfrentan a cargos por un delito contra el patrimonio histórico. El museo permaneció cerrado al público durante varias horas para evaluar los daños y realizar una primera limpieza de la superficie afectada.
Una protesta contra la Fiesta Nacional
El colectivo Futuro Vegetal ha reivindicado la acción a través de sus redes sociales. Según su comunicado, las activistas portaban una pancarta con el mensaje «12 de octubre, nada que celebrar. Justicia ecosocial». La organización afirma que el objetivo era denunciar que esta fecha «simboliza el despojo y el sufrimiento colectivo» de los pueblos originarios, y que la celebración de la Fiesta Nacional «ignora las heridas de un pasado doloroso».
En declaraciones posteriores, Luna Lagos, portavoz de Futuro Vegetal, señaló que el 12 de octubre «es la celebración de siglos de opresión, explotación y genocidio de la población originaria de Abya Yala». También pidió el fin de la exaltación de la colonización y de «los genocidios, los históricos y los actuales».
Por su parte, Victòria Domingo, también portavoz del movimiento, instó a l
¿Qué es Futuro Vegetal y qué persigue este movimiento?
El colectivo Futuro Vegetal centra su actividad en exigir al Gobierno el fin de las subvenciones destinadas al sector ganadero. Sus integrantes proponen redirigir esos fondos hacia alternativas sostenibles basadas en plantas, con el fin de transformar el actual sistema alimentario y reducir su impacto ambiental.
Para alcanzar ese objetivo, el grupo recurre a la desobediencia civil y la acción directa no violenta, con las que busca visibilizar la crisis climática y denunciar lo que consideran un modelo económico insostenible. En los últimos meses, sus miembros han protagonizado diversas acciones de protesta y boicot en actos públicos como parte de su estrategia de presión social.a ciudadanía a «boicotear y sabotear las empresas implicadas en el extractivismo» y a movilizarse contra la conmemoración oficial.
