Icono del sitio Revista Jara y Sedal

Viajan de Ubrique a Barcelona y cazan un «misterioso corzo» de extraña cuerna

Los tres cazadores con el corzo.

Por el Día de los Reyes Magos, Alejandro Orellana García y su hermano decidieron regalarle a su padre, todos ellos amantes de la caza, un precinto de corzo para que se iniciara en esta práctica. Fue entonces cuando dio comienzo la historia que vamos a conocer a continuación, la cual tuvo lugar en el Pirineo catalán.

Todo estaba programado para el 30 de mayo, tal y como ha contado el propio Alejandro al equipo de Jara y Sedal. Entonces, padre e hijos partieron desde Ubrique, en la provincia de Cádiz, hasta la ciudad de Barcelona, donde les recogió Jero Jiménez, guía de caza.

Al llegar se trasladaron a las afueras, donde se encontraba ubicado el coto y la vivienda rural en la que iban a pasar los siguientes días. «Durante el traslado, Jero nos habló de un corzo misterioso que había visto en varias ocasiones y que presentaba una extraña malformación», ha recordado.

Una escena familiar para el recuerdo

En los dos primeros días, su hermano y su padre abatieron sus piezas. Sin embargo, no sería hasta el lunes cuando le tocara el turno a Alejandro. Una «fuerte tormenta» el sábado y una «espesa niebla» el domingo les impidió cazar durante el fin de semana.

«De mi mente no se me caía ese peculiar corzo del que nos habló Jero, por lo que el domingo por la noche le propuse realizar un rececho para ver si podía darle caza», ha confesado. La respuesta del guía le indicó que si optaban por ello ya no tendrían «posibilidad de ver otras piezas y que todo dependería de la suerte».

Todo por el peculiar corzo

El curioso ejemplar recién abatido. © A. O. G.

A pesar de ello, Alejandro no tuvo ninguna duda y el pasado lunes, 3 de junio, por la mañana se trasladaron a la zona en la que había visto al ejemplar. «Transcurrida una media hora apareció ese corzo especial, del cual nos distanciaban unos 350 metros», ha descrito.

«Lo dejamos unos 15 minutos que cogiera confianza, hasta que llegó el momento en el que nos aproximamos a él y le hicimos una entrada suave y astuta entre bosque y trigal», ha continuado detallando Alejandro.

Todo estaba listo, tan solo le faltaba esperar a que el guía le indicara que era el momento de realizar el disparo. «Abrí el trípode, apoyé el rifle SAKO s20, calibre .270 Winchester Magnum, metí al corzo en la mira y efectué un gran disparo, abatiendo ese ansiado duende del Bosque», ha agregado el cazador.

Cazador y corzo. © A. O. G.

Ambos celebraron el desenlace «con euforia», tal y como ha destacado Alejandro, y se trasladaron hasta el lugar, «comprobando in-situ que se trataba de un bonito corzo, con esa peculiar anomalía».


La increíble historia del ‘corzo fantasma’ al que un cazador lleva siguiendo tres temporadas


La mejor historia de caza de corzo puede llevarse unos prismáticos Burris Droptine y un arnés Beretta

El lance que acabamos de narrar es uno de los participantes en el concurso que desde Jara y Sedal hemos lanzado en colaboración con Beretta Benelli Ibérica (BBI). La mejor historia puede llevarse unos magníficos prismáticos Burris Droptine 10×42, así como un arnés de Beretta.

Quienes quieran optar a este premio pueden hacerlo fácilmente enviando un email a info@revistajaraysedal.es, o bien un mensaje privado a cualquiera de nuestras redes sociales contándonos tu mejor historia de corzos, además de adjuntar las fotos de ese día, tu número de teléfono y seguir en Instagram el perfil de Jara y Sedal (@jaraysedal.es) y el de BBI (@beretta_benelli_iberica).

       
Salir de la versión móvil