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Más de 15.000 personas gritan «sí a la caza» en San Sebastián

Bajo el lema ‘Euskadin Ehiza Bai’ -Sí a la Caza en Euskadi-, aficionados llegados de Gipuzkoa, Álava, Bizkaia y Navarra han recorrido hoy las calles donostiarras para defender la caza como «una actividad que favorece la conservación del medio natural».
5/4/2019 | Redacción JyS

Cabecera de la manifestación. / F.C.G

Las calles del centro de Donostia se han llenado hoy de personas aficionadas a la caza para pedir respeto hacia la actividad que practican, y para reclamar a la Administración y sobre todo a la Diputación Foral de Gipuzkoa, que abandone su actitud de «dejadez e inacción» hacia el colectivo.
La manifestación ha sido multitudinaria, con la presencia de más de 15.000 personas, de modo que ha superado a la ya numerosa concentración celebrada el año pasado también en San Sebastián (acudieron 10.000), y que suponía la primera vez en 27 años que se movilizaba este colectivo. Esta vez han participado aficionados llegados desde toda Gipuzkoa, así como desde Álava, Bizkaia y también Navarra.
La marcha estaba encabezada por una pancarta con el lema: ‘Euskadin Ehiza Bai’ -Sí a la Caza en Euskadi-. La manifestación ha tenido un tono festivo, sin dejar de lado las reivindicaciones de los cazadores, a los que se han sumado también aficionados a la pesca y el tiro.
Al término del acto se ha leído un manifiesto en favor de la caza y pidiendo respeto hacia esta actividad legal y regulada, que «favorece la conservación del medio natural». José Ángel Zaldua, presidente de la Federación Guipuzcoana de Caza -la entidad convocante-, ha incidido en que «el problema de la caza es que desde los sectores ultraecologistas y animalistas, desde su visión totalmente equivocada del ecologismo, empujan y presionan a los partidos políticos a ponerse esa falsa chaqueta verde, que parece que prohibiendo la caza solucionan los problemas medioambientales y así calman las conciencias».
«Pretenden excluirnos del monte a nosotros (los cazadores)», ha añadido el presidente de la Federación, que ha recordado a los dirigentes políticos que son «los responsables de garantizar la convivencia. En el monte cabemos todos, y es su obligación compatibilizar los usos, y eso no se hace prohibiendo».
El colectivo ha reclamado que «basta ya de tanta prohibición y tanta restricción». «Exigimos respeto a una actividad que es legal, y amparo y reacción frente a los delitos que comenten contra nuestro colectivo los ultraecologistas y animalistas. Queremos practicar en paz y libertad nuestra afición y contribuir con ella a equilibrar el medio ambiente y la biodiversidad».
Además de la Federación Guipuzcoana de Caza y las 110 sociedades y 69 cuadrillas de caza mayor del territorio, a la manifestación se ha sumado una quincena de organizaciones vascas y navarras. Solo en Euskadi, la caza cuenta con 50.000 personas aficionadas. Además, hay 380 asociaciones y clubes deportivos. Se trata de una actividad con una amplia tradición en los tres territorios, y que también genera una actividad valorada en más de 300 millones de euros.
Más de 15.000 personas se han dado cita. / F.C.G.

Reivindicaciones

Los cazadores guipuzcoanos llevan más de dos meses de protestas. Comenzaron su calendario de movilizaciones con una huelga -la primera de estas características en el Estado- que les llevó a no practicar su afición en el último mes de la temporada de caza mayor. Esto ha supuesto que más de 500 jabalíes han quedado sin abatir, con los problemas que conlleva en cuanto al incremento de la superpoblación de esta especie.

Otra imagen de la manifestación. / F.C.G.

Las quejas se concentran sobre todo ante la Diputación foral. En primer lugar, por la prohibición de la caza en el monte Ulia, entre los municipios de Donostia y Pasaia, a pesar de una sentencia del Tribunal Supremo que considera fuera de la legalidad dicha decisión. Además, ese mal ejemplo se ha extendido a otras localidades guipuzcoanas, como Mendaro. En otras ha habido intentos, pero gracias al diálogo con la Federación se ha rectificado.
En Gipuzkoa, este colectivo también se queja porque lleva esperando más de cuatro años a que la Diputación firme un nuevo convenio de caza mayor. Esta dejadez trae consecuencias negativas porque esta actividad se encuentra «en un limbo» que impide, entre otros aspectos, fijar indemnizaciones cada vez que se produce un daño en campos agrícolas provocados por jabalíes, con los consiguientes perjuicios para los baserritarras.
Además de esos problemas de carácter local, hay otros de ámbito estatal: el reglamento de armas, muy restrictivo; la Ley del Deporte, que eliminaría muchas de las modalidades relacionadas con la caza; las Órdenes de Veda… De ahí la adhesión de colectivos de otros territorios. En caso de que la Administración no responda a sus demandas, los cazadores seguirán con sus movilizaciones durante este año.

       
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