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Se va de zorros al coto social de su pueblo y se encuentra con esta sorpresa

Este joven fue a cazar al coto social de su pueblo, donde hay una gran población de zorros, cuando se topó de frente con este buen jabalí. «Algo que nunca se había visto por la zona», admite Sixto Amaro.

12/1/2020 | Redacción JyS

Sixto Amaro, con el jabalí. / JyS

El cazador jiennense Sixto Amaro abatió, a inicios de la presente temporada en su coto en la provincia de Jaén, un buen navajero durante una jornada en la que tenía previsto cazar solo zorros aunque, aprovechando el permiso de jabalí al salto con el que cuentan, consiguió abatir un buen ejemplar. El cazador tiene 25 años y se siente «muy orgulloso» de la captura porque fue además el primer jabalí que ha cazado en el coto social de su pueblo, Los Noguerones.

Según nos cuenta, el lugar donde lo ha cazado es una zona en la que «no es frecuente ver jabalíes». Aquel día, mientras participaba en una cacería de raposos, a Amaro le avisó un compañero por el teléfono de que le había parecido oír un cochino. Rápidamente se puso alerta el joven, que lo vio llegar a su posición a los diez minutos.

«Sentí cómo se partían las retamas» –comenta Sixto-, «y entonces me lo encontré de frente». Llevaba la escopeta Beretta llena de cartuchos, pero la vació de inmediato y cambió la munición, poniendo una bala. «Apunté a aquel macareno que iba corriendo, me armé de paciencia y acerté a unos sesenta metros de distancia», admite el joven.

El jabalí corrió unos veinte metros más hasta que perdió el equilibrio: «No olvidaré jamás cómo gritaba de alegría en ese momento», comenta el joven. Aunque no se trate de un tremendo animal de récord, este jabalí quedará para siempre grabado en el recuerdo de Sixto Amaro y de todos los miembros del coto social.

Dispara su primer jabalí en espera y al día siguiente se encuentra con esta sorpresa

Miguel Ángel Martínez Manjón, con el animal tras la espera. / M.A.

El joven cazador jiennense Miguel Ángel Martínez Manjón pensaba que la noche del pasado 16 de julio sería una espera como tantas otras: sin suerte. Pero estaba equivocado. Esa noche, de principio a fin, estaba hecha para él, a pesar de que había luna llena.

«No era lo ideal para cazar un gran jabalí, pero las ganas por salir al monte estaban por encima de todo», relata el joven a Jara y Sedal con motivo del concurso que este medio tiene puesto en marcha junto a Beretta Benelli Ibérica. Era el primer año que Martínez practicaba la modalidad de caza en espera por lo que la expectación no podía ser mayor. Esta es la historia.

       
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