Con la subida de las temperaturas, aparecen los molestos insectos que pueden arruinar cualquier día de campo. Los mosquitos, las garrapatas y otros parásitos no solo causan molestias, sino que pueden ser portadores de enfermedades. Quienes frecuentamos el monte con frecuencia, como los cazadores, sabemos que la prevención es la mejor herramienta y que algunos hábitos sencillos pueden marcar la diferencia.
Uno de los más eficaces es la elección de la ropa. Aunque parezca contradictorio en pleno julio, utilizar camisas de manga larga y pantalones largos puede ser la mejor protección. Existen tejidos transpirables diseñados para actividades al aire libre que permiten soportar el calor sin perder comodidad. Este tipo de vestimenta no solo ayuda a evitar las picaduras, sino que también protege del sol, de arañazos con ramas y del roce con zarzas, algo muy común en la espesura.
También es importante tener en cuenta la posibilidad de emplear ropa tratada con permetrina, un insecticida textil que repele a los insectos incluso tras varios lavados. Es una solución cómoda para jornadas largas, donde el sudor o la humedad pueden arrastrar cualquier repelente convencional. En muchas marcas de ropa técnica ya viene incorporado de fábrica.
Los repelentes, un aliado imprescindible
Más allá de la ropa, los repelentes son una herramienta fundamental. Pero no todos son adecuados para la actividad cinegética. Quienes se preparan durante semanas o incluso meses para una espera de jabalí o un rececho saben que un olor artificial puede echarlo todo por tierra. Un mal viento puede llevar el aroma del producto hasta el animal y espantarlo. Por eso, los cazadores buscamos siempre repelentes inoloros, que no interfieran en el desarrollo natural de la jornada.
Un ejemplo práctico es Diptron, un repelente textil que ofrece protección frente a mosquitos y garrapatas durante tres meses, incluso tras varios lavados. Se aplica directamente sobre la ropa, no mancha ni deja olores, y utiliza la tecnología Sil2U®, que libera el principio activo de forma progresiva. Además, no contiene tóxicos, por lo que es seguro para niños y mascotas, y resulta especialmente útil para actividades como esperas nocturnas, recechos de montaña o jornadas de vigilancia en el campo.
Evitar las picaduras, cuestión de salud
Durante los meses de calor, el monte se vuelve un lugar hostil en algunos aspectos. Las altas temperaturas y la proliferación de insectos convierten cada salida en un pequeño reto. Evitar las picaduras no es solo cuestión de comodidad, sino de salud. Las garrapatas pueden transmitir enfermedades como la fiebre botonosa o la enfermedad de Lyme, mientras que algunos mosquitos tropicales ya están presentes en muchas regiones del sur peninsular.
Quienes convivimos con el campo de forma habitual sabemos que cada gesto cuenta. Desde la elección del equipo hasta los productos que usamos, todo suma para disfrutar del entorno natural sin riesgos innecesarios. Por eso, compartir este tipo de trucos puede ser útil no solo para cazadores, sino también para senderistas, fotógrafos de fauna o cualquier aficionado a la naturaleza que no quiera llevarse un mal recuerdo en forma de picadura.
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