En el marco de una operación contra el furtivismo en la comarca de la Alcarria, agentes del Seprona de la Guardia Civil han investigado a un joven de tan solo 20 años por un presunto delito contra la protección de la flora y la fauna. Durante la inspección de una propiedad, los agentes descubrieron en un congelador hasta 18 trofeos de caza mayor escondidos: 15 corzos, una cabra montés, un gamo y un jabalí.

Las actuaciones se iniciaron tras las advertencias de cazadores y vecinos de la zona, que alertaron de actividades sospechosas de furtivismo. La patrulla del Seprona de Cuenca puso en marcha un dispositivo de vigilancia durante los meses de mayo y julio del pasado año, coincidiendo con el periodo estival, en el que los furtivos suelen actuar con mayor frecuencia.

Furtivos en plena noche

Durante esas intervenciones, los agentes sorprendieron a varias personas furtiveando en horario nocturno. Según informó la Guardia Civil, se empleaban medios prohibidos como focos luminosos desde vehículos para localizar animales, además de realizar disparos en zonas de seguridad y sin los permisos correspondientes. Estas prácticas, además de vulnerar la normativa vigente, implicaban un alto riesgo para la seguridad de las personas, por el uso inadecuado de armas en contextos no controlados.

A raíz de estas primeras actuaciones, la investigación se extendió a los meses de marzo y abril de este año, en los que el Seprona inspeccionó varias taxidermias ubicadas en las provincias de Cuenca, Guadalajara y Madrid. El objetivo era seguir el rastro de los posibles trofeos obtenidos de forma ilícita.

El hallazgo del congelador

La operación dio un vuelco cuando los agentes accedieron a una nave y un local industrial vinculados con el investigado. Allí localizaron un arcón congelador que escondía en su interior 18 trofeos de caza mayor. El listado de especies encontradas incluía 15 corzos, una cabra montés, un gamo y un jabalí, todos almacenados sin ningún tipo de registro ni justificación legal de su origen.

Este hallazgo permitió identificar a un joven de 20 años como presunto autor de las capturas ilegales. Fue investigado por un delito contra la protección de la flora y la fauna, recogido en el Código Penal, y se elaboraron también actas administrativas por diversas infracciones en materia de caza y armas.

El caso, en manos judiciales

Las diligencias fueron remitidas al Juzgado de Instrucción número 4 de Cuenca, mientras que la Delegación Provincial de Desarrollo Sostenible de la Junta de Castilla-La Mancha fue informada para la tramitación de las sanciones administrativas. Por el momento, la investigación continúa abierta y no se descarta que haya más implicados en la trama de caza furtiva desmantelada en esta operación.

Desde la Guardia Civil recuerdan que este tipo de prácticas afectan gravemente a la fauna silvestre y a la seguridad del entorno rural. Además, destacan la importancia de la colaboración ciudadana, que en este caso fue clave para destapar los hechos.

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