La media veda 2022 ya está aquí. Es posible que los primeros días te resulte sencillo sorprenderlas y cazarlas, pero en cuanto comience la fiesta y se resabien no te resultará tan sencillo ganarle la partida. Esas astutas torcaces que te verán cientos de metros antes de llegar a tu postura y pegarán el quiebro lo suficientemente pronto como para dejarte con la miel en los labios. Es hora de poner en práctica todos esos trucos o consejos del abuelo… si no quieres volverte bolo, claro. 

1. Fabrica el puesto con elementos del terreno

Es curioso ver cómo en esta época muchos cazadores se echan al campo a cazar palomas con su clásica vestimenta de camuflaje en tonos verdes o marrones y su puesto de tela del mismo color sin tener en cuenta el lugar donde van a colocarse. Tiene sentido acudir con este atuendo si vamos a esperarlas junto a una chaparra o retama, pero no es el primero que veo en una linde rodeado por amarillentos campos de cereal con la misma vestimenta y puesto. «¡Qué altas pasan!», se atreven a quejarse después. «Normal. Seguro que las palomas te ven desde kilómetros a la redonda», pienso. ¿No es más lógico realizar un puesto con elementos del terreno días antes y llevar una vestimenta más acorde?

Años atrás localicé un paso que cruzaba un gran rastrojo donde no había un solo árbol donde camuflarse, pero lo que sí advertí es que el agricultor de la zona aún no había recogido las pacas de paja. Fabriqué un puesto detrás de una de ellas con un palé de madera forrado con paja y pasto de la zona y me coloqué dentro con un sombrero de paja y pantalones y camiseta marrón claro. Poco después de amanecer ¡me quitaban la gorra!, como solemos decir aquí. Es decir, acerté con el camuflaje idóneo en un lugar donde acudir con el clásico desmontable de tela verde hubiera sido un error. 

Puesto de caza de paloma torcaz en media veda camuflado con elementos del terreno. © Edu Pompa
Puesto de caza de paloma torcaz en media veda camuflado con elementos del terreno. © Edu Pompa

2. No salgas a cobrar hasta que puedas

Hay quienes aburridos en estas fechas por la escasez de paso en algunos puestos salen a cobrar esas palomas que chorreadas van bajando poco a poco. Sin embargo, lo considero un error y recomiendo no hacerlo hasta que no puedas memorizar el lugar donde ha caído alguna de las que ya has abatido. Si tienes claro dónde está cada una, aguanta. Salir del puesto lo único que puede provocar es que te vean aquellas que ahora se acercaban a tu posición y perderás oportunidades de disparo. En el mejor de los casos. Ya que si no paras de moverte harás que cambien el paso y echarás al traste las pocas oportunidades que hubieras podido tener.  

3. Cierra el choke

Aunque sabemos que ahora pasan altas y se las saben todas, tampoco es cuestión de dispararlas con 36 gramos, como muchos acostumbran a finales de media veda. La presión de los cartuchos en verano aumenta y es probable que lo único que consigas es ponerte el hombro y la mejilla morados, pero de bajar más palomas… nanay. Particularmente te recomiendo que cierres algo más el choke, si ves que pasan más largas, aunque recuerda que siempre es mejor no disparar si la paloma no cumple. De lo contrario se marcharán pinchadas sin oportunidad de cobrarlas.

En cuanto a la munición y el estrechamiento de los cañones de nuestra escopeta adecuados para estas fechas podemos decir que chokes de 2 o 1 estrella –también conocidos como mejorado modificado y full, respectivamente– y cartuchos de 32 o 34 gramos con plomos del 7 serán suficientes para bajar las palomas más resabiadas. 

Detalle del choke de la escopeta. © Israel Hernández
Detalle del choke de la escopeta. © Israel Hernández

4. Deja pasar las primeras palomas torcaces

Aunque recomiendo no disparar a las palomas junto a dormideros o comederos, sino en sus pasos de unos a otros por una simple cuestión ética, no es raro ver cómo en estos últimos días hay quienes se arriman más sobre todo a los dormideros donde el día antes las han visto echarse para ver si cogen el paso de salida y se cuelgan algunas al amanecer. Las cosas se han puesto difíciles y parece que ahora todo vale. ¿Qué más da si ya es el último día?, dicen algunos mientras se colocan junto al típico pinar o arboleda disparando al primer bando que, largo, sobrevuela sus cabezas. Lo que no tienen en cuenta es que posiblemente cambien el paso.

Si dejas pasar esas primeras palomas largas que, al igual que un soldado que estudia el campo de batalla, han salido en su ronda de reconocimiento, después otras harán lo mismo y por el mismo sitio… pero ahora francas, cuando el resto ha identificado que hoy esa era la ruta adecuada para salir hacia los comederos. Por el contrario, si te precipitas, lo único que conseguirás es enviarle el resto a algún otro compañero que, al otro lado del pinar, andará poniéndose las botas beneficiado por tu atropello. 

5. No cambies de puesto

Disfrutar de buenos puestos lleva siempre relacionado un arduo trabajo en cuanto a la localización de pasos se refiere. Por lo tanto, es algo que deberías haber hecho días antes de acudir al puesto. Digo esto porque algunos ven pasar un par de palomas 100 metros más allá de donde están y se cambian de postura a ver si por allí hay mejor paso. Al final lo único que consiguen es desesperar al compañero de cuartel, que no sabe en cada momento dónde está colocado ese cazador saltarín que no para de moverse y que cobrará menos piezas que si se hubiera estado quieto. La suerte está echada. El trabajo de localización de pasos no lo vas a hacer ahora, por lo tanto, respeta la postura que has elegido o te ha tocado ¡y no te muevas! 

6. Espéralas a la sombra

Lo normal es que ahora que las que han sobrevivido a las primeras tiradas han sido asustadas e incluso plomeadas por los disparos de algunos cazadores, pasen altas, desconfiadas y con mil ojos. Bastará el destello de tu arma, reloj o un simple giro de tu cabeza para verles cambiar de rumbo y dejarte con un palmo de narices. Por mucho que te camufles los movimientos de tu cabeza buscando en el horizonte las palomas que se acercan a tu puesto te delatan. ¿Cómo evitarlo?

Da buen resultado elegir en esta época aquellos puestos a la sombra de un almendro, encina o cualquier otro árbol que evite esos destellos y rompa nuestra silueta contra el horizonte. Es posible que algunos lances te sorprendan e incluso que no puedas disparar a esas palomas que se te han metido encima tapadas por el propio árbol en su trayectoria, pero es uno de los pocos métodos que te ayudarán a no ser detectado por esas recelosas torcaces que ahora sobrevuelan altas.

Cazando paloma torcaz en media veda bajo una encina. © Israel Hernández
Cazando paloma torcaz en media veda bajo una encina. © Israel Hernández

7. Aguanta un poco más

Los días son cada vez más cortos, al igual que la moral de aquellos que les han tocado los peores puestos de tarde. Crees que todo ha terminado y empiezas a recoger cabreado porque hoy tampoco hubo suerte. ¡Espera un poco más! Aunque todo parezca perdido, en más de una ocasión he tirado más en la última media hora de sol que en toda la tarde, sobre todo si estás cerca de un dormidero donde las más remolonas o aquellas que han sido asustadas a última hora de otros lugares cruzan a buena altura para entrar directas. Como suele decirse, hasta el rabo todo es toro, por lo tanto no desesperes y no recojas antes de tiempo. Puede que un paso comience siendo malo pero puede acabar, al menos, regular. ¡Así es la caza!

8. Revisa los pasos

Atrás han quedado los días en los que casi todos los socios del coto han tenido sus oportunidades. Conocías los pasos y los pollos del año han entrado facilones incrementando considerablemente tu percha. Tan sólo tuviste que observar, prismáticos en mano, sus movimientos entre dormideros y rastrojos para determinar el lugar donde previsiblemente descargarías un buen puñado de cartuchos. Sin embargo, puede que esos puestos sean precisamente ahora los peores.

Tirarlas durante varios fines de semana en sus querencias naturales las ha obligado a cambiar de ruta. ¿Dónde y cómo esperarlas ahora? El acortamiento de los días hace que pasen antes por las tardes, su resabiamiento que lo hagan a mayor altura y la tranquilidad de los pequeños rastrojos junto a arroyos y arboledas el lugar donde buscar de nuevo oportunidades de tiro. Por lo tanto, debes volver a revisar los pasos y descubrir, una vez más, el lugar por el que ahora se desplazan. Posiblemente esté allá donde nadie quiso ponerse al principio.

9. Usa las cazadas como reclamo

En lugar de colgarlas de la percha, podremos utilizar algunas como reclamo. © Ángel Vidal.

Aunque ahora venden, y muy baratos por cierto, reclamos fabricados en plástico para que puedas colocarlos a tu alrededor y llamar la atención de los bandos, es bastante efectivo colocar del mismo modo las palomas que hayas ido abatiendo: no hay señuelo más realista. No es cuestión de dejarlas tumbadas en el suelo como si de un cementerio de aves se tratase. Debes colocarlas de la manera más realista posible, es decir, de modo que parezcan posadas con la cabeza erguida. ¿Cómo lo conseguiremos? Una simple horquilla fina de la rama de algún arbusto puede servirnos para ‘pincharlas’ en un rastrojo. Por último, presta especial atención a la dirección del viento. Las palomas suelen posarse y avanzar ‘careando’ hacia el este. Colócalas de este modo y en grupo para simular que han detectado comida en las inmediaciones de tu puesto. Si el primer bando que entra lo hace largo y dando una vuelta, no dispares. Seguramente vuelvan a hacerlo a continuación más bajo; ése es el momento de darle al gatillo.

10. Coloca un par de espantapájaros

«¡Si me lo cuentan no me lo creo!», me decía mi amigo Rubén a finales de la pasada temporada cuando un socio del coto, que había colocado antes de amanecer dos artilugios a modo de espantapájaros a su izquierda y derecha, colgaba más palomas que en los primeros días. Aunque el método puede parecer poco ortodoxo, le había funcionado. Hay que localizar un arroyo o valle con dos cerros separados unos 200 o 300 metros.

Según me contaba, el puesto se coloca en el centro, donde permanece escondido mientras espera que los dos nuevos espantapájaros –no deben colocarse antes para que las palomas no descubran el engaño– obliguen a las palomas a pasar precisamente por donde se ha apostado previamente y pudiendo barrer las que de otro modo se hubieran volcado a izquierda o derecha del cazador. He aquí la teoría. Si no te convence, olvídate de los espantapájaros y opta por el clásico truco de dejar estacionado el coche a unos cientos de metros del lugar de tu puesto.