El pescador y cazador salmantino Jesús Zarza Pacho, natural de la localidad de Trabanca, aprovechó la finalización de la temporada general de caza para acudir de pesca el pasado 3 de marzo. Todo se desarrollaba como un día normal en las Arribes del Duero: dos cañas, jornada junto a su novia, en busca de carpas con lombriz… hasta que llegó una captura que, sin duda, será la de la vida de este joven.
«Ha sido la ilusión más grande de toda mi vida. Cuando la saqué del agua estuve cinco minutos mirándola sin hacer nada», explica Jesús sobre una tenca que arrojó en la báscula un increíble un peso de 5,400 gramos.
Así dio con ella: «Creía que la caña estaba solamente enganchada»
El pescador, que compartió aquel día jornada con su pareja Natalia y Manuel, el hijo de ella, explica que fue al embalse «por pasar la tarde» con dos cañas a fondo y un anzuelo del número 10 en cada una de ellas, ambas cebadas con lombriz. A media tarde aproximadamente, fue a cambiar el cebo a una de las cañas cuando, al cogerla, notó que algo tiraba: «Fue rarísima la picada, porque en un primer momento yo sólo me dirigía a cambiar el cebo, no había notado ningún tirón en la línea; cuando cogí la caña, en un primer instante creía que estaba enganchada, pero luego comprobé que no, que había un gran pez en ella», relata a Jara y Sedal.
Fue una lucha «corta», de apenas un par de minutos, pero en la que el pescador estaba estupefacto ante lo que sus ojos estaban viendo: «Al mover la caña por vez primera, la tenca arrancó muy despacio. Yo pensé que era una carpa… hasta que la saqué del agua», sigue describiendo el pescador charro.
«Tenía una carne durísima»
Tras sacarla del agua, el pescador se la iba a llevar para disecarla, «ya que una captura así no la había visto en mi vida», pero el problema fue que, al llamar al taxidermista que en otras ocasiones le ha naturalizado peces, le explicó que ya no tenía abierto el taller. «Era demasiado tarde, porque ya no podía devolver la tenca al agua», por lo que la solución fue llevarla a la mesa.
En la familia de Jesús prácticamente la totalidad de sus miembros son pescadores, por lo que se tomaron la cita culinaria con esta tenca como todo un festín: «El problema llegó cuando le fuimos a hincar el diente», relata entre risas el pescador. «Esa carne no había quién se la comiese, estaba como una auténtica piedra», debido a la veteranía del pez. «Tendría más de diez años de vida…», calcula Jesús.
¿Récord de tenca de España?
Ángel Galán Martín, buen amigo y compañero de pesca de Jesús Zarza, admite que quedó asombrado del desorbitado tamaño del animal: «Jamás vi nada igual», dice sobre un pez que podría estar a la cabeza del ranking de capturas de tenca de España, si bien no existe un registro oficial.
«Acostumbramos a ir de tencas en los meses de verano por nuestra tierra, pero nunca habíamos pescado ninguna de ese tamaño, ni siquiera pensaba que pudieran alcanzar ese peso», asegura este otro experimentado pescador.
Buscando información sobre las últimas y grandes capturas en la zona a través de Internet, Ángel ha determinado que la tenca más grande de la que se tiene constancia en España rondaría los 4,5 kilos. La de su compañero Jesús Zarza superó con creces esa cifra.