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Winchester SXR2 Composite: un semiautomático perfecto para la caza en batida y montería

En 2006 Winchester presentó el semiautomático SXR Vulcan, que fue el último rifle Winchester diseñado en New Haven (Estados Unidos) por la Sección de Investigación y Desarrollo de U.S. Repeating Arms Company (USRAC), la empresa que sucedió a la mítica Winchester Repeating Arms, en cuyas mismas instalaciones se fabricaron las armas que conquistaron el Oeste.

SXR son las iniciales de ‘Súper X Rifle’, y no le pusieron mal el nombre porque realmente fue todo un súper rifle que funcionó impecablemente durante 15 años hasta que Winchester –léase el Grupo Browning, ya propietario de la firma– decidió modernizarlo… pero sin modificar su fiable mecanismo con toma de gas regulable ni el cerrojo que utilizaba –rotativo con siete tetones en la cabeza–, ni el tipo de cañón que usaba –FN hecho por martillado en frío– ni tampoco su longitud, de 53,5 centímetros, pues con estos ingredientes básicos el SXR Vulcan había demostrado ser muy preciso y fiable independientemente de que estuviera recamarado para cartuchos estándar o mágnum.

Los nuevos SXR2 –en los que ya no se utiliza la palabra Vulcan– también han heredado del modelo original el armazón, que es de aluminio, el disparador, regulado por el fabricante para que se pueda usar en rececho o en batida aproximadamente a 1,4 kilos, y el indicador de acerrojado, un punto de color rojo en la ventana de expulsión –este último, un detalle nada usual en 2006 que fue muy valorado porque permitía cerrar el rifle lentamente, sin tener que soltar el cerrojo de golpe y, por tanto, sin hacer ruido–.

Tampoco se modificó su alta relación precio calidad, pues el Vulcan se lanzó al mercado terminado en madera con un precio de 1.069 euros y, 15 años después, actualmente los SXR2 cuestan 1.199 euros –Composite– y 1.239 euros –madera–.

Renovarse o morir

A lo largo de los últimos 15 años los rifles semiautomáticos han ido incorporando nuevos acabados y prestaciones, mientras que, sobre todo desde un punto de vista ergonómico, los SXR Vulcan se habían quedado un poco desfasados, razón por la que los responsables de la marca consideraron necesario modernizarlo. Como resultado crearon el SXR2 con el mismo cañón que el modelo antiguo, pero mientras el original era pavonado los actuales están protegidos contra la corrosión y equipados con un alza de batida fija con línea blanca de contraste y con guion de fibra regulable de nuevo diseño que permite alinear las miras más rápidamente.

Los SXR2 equipan un cargador metálico basculante con la teja del elevador de material sintético de color rojo que está asociado a una retenida –o nivelador de corredera, como el cargador, típico también de Browning– que permite mantener el cerrojo abierto y cerrarlo al pulsarla, por ejemplo, para introducir rápidamente un cartucho en la recámara. Tiene forma de palanca y está situada en el costado derecho del armazón, detrás del guardamano.

Las culatas de ambas versiones, Field y Composite, son más ergonómicas: ambidextras, poseen empuñadura de nuevo diseño que rellena la palma de la mano así como un picado nuevo que permite agarrar el rifle con mayor firmeza. El mismo picado está presente en los laterales y en la base del puntal que, además, posee un nuevo perfil estudiado para mejorar el control del arma: «Lo hemos afinado en un 10%», asegura Browning.

Culatas ‘a medida’

En ambas versiones las culatas son regulables en longitud y en inclinación. La de la Composite también lo es en altura –posee lomo ajustable–, un detalle muy importante, sobre todo en un semiautomático, pues asegura poder apuntar rápidamente manteniendo la cara apoyada en la culata con el alza de batida o con cualquier tipo de visor. La longitud se puede modificar, ya que se ofrecen con una cantonera antirretroceso Inflex II de 15 milímetros que, opcionalmente, se puede sustituir por otras de 25 y de 30. La inclinación hacia arriba, abajo, derecha o izquierda se consigue utilizando cuñas que se intercalan entre la culata y el armazón.

La prueba: preciso incluso sin apoyo

La galería de 100 metros del campo de tiro Club Deportivo Centro, de Valdemoro (Madrid) fue el escenario donde probé este Winchester SXR2 Composite calibre .30-06 con visor Kite Optics K6 1-6x24i HD que había montado y puesto a tiro a 50 metros Aguirre y Cía. Como munición utilicé varios tipos de cartuchos. Para probarlo con apoyo, Winchester Extreme Point con bala de 180 grains, una munición muy expansiva y adecuada para cazar en batida, ideal por tanto para usar en un conjunto rifle-visor como el probado. La bala tiene punta de plástico muy grande, una delgada camisa metálica y núcleo de plomo, y al impactar ocasiona heridas muy importantes.

Para comprobar el funcionamiento y retroceso encarando sin apoyo y disparando rápido tres tiros utilicé cartuchos sueltos de varias marcas cargados con balas semiblindadas de punta roma y aguda, así como proyectiles ecológicos de pesos comprendidos entre 150 y 180 grains, con los que el rifle funcionó perfectamente. El disparador no es 100% directo: cuando lo accionas no rompe de forma nítida, sino que notas que tiene un primer tiempo muy corto, aunque no influye negativamente en los resultados. De hecho, conseguí hacer varios 10 a 100 metros con el visor de 6x. Con otro de más aumentos, seguro que la agrupación habría sido adecuada para cazar a rececho. He probado ya dos veces este SXR2, ambas en versión Composite y después de esta última ocasión sigo teniendo la misma buena opinión en cuanto a su funcionamiento. Es un rifle semiautomático muy atractivo, ergonómico y con una excelente relación calidad-precio.

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