Un vídeo en el que se ve a un podenco parando una codorniz y aguantando hasta que esta se levanta ha causado sensación en las redes sociales de los cazadores.
En la grabación se ve cómo el perro para ante el ave y aguanta unos segundos como una estatua. Poco después la codorniz se arranca y el cazador dispara. Este último ha acertado y el perro coge la pieza, aunque termina el vídeo y no podemos ver qué tal se le da el cobro.
Lo que si da tiempo a apreciar es el instinto de acecho de esta raza en la que algunos ejemplares paran ante la pieza en vez de comportar como meros levantadores. Una característica que a este cazador le ha venido de maravilla para disfrutar de una jornada de codornices con una raza más conocida por sus buenas dotes con los conejos.
Un podenco cansado del confinamiento tira de su dueño para que lo lleve de caza
Un vídeo en el que se ve a Yaco -el podenco de dos años de nuestro seguidor Eugenio Pérez Cuño– tirando de la funda de la escopeta de su dueño, ha provocado cientos de reacciones en el grupo de Facebook de Jara y Sedal, donde Eugenio lo ha compartido.
«Pero chico, déjame. Que no nos vamos. Yaco, déjamela. Que no nos vamos. Si es que es demasiado», comienza diciendo Eugenio en el vídeo mientras su perro no para de morder la funda para impedir que guarde el arma.
«Venga anda déjalo. La vamos a guardar. Que no, cansino», continúa el dueño ordenando a su perro que deje de morder la funda de la escopeta porque hoy no es día de caza. Te lo contamos en este enlace.
Un conejo se la intenta jugar a un podenco… pero mira qué hace el perro
Las imágenes de un podenco que localiza a un conejo entre la maleza y la manera en que resuelve la situación sin necesidad de que el cazador tenga que disparar están arrasando en las redes sociales.
El podenco, como es habitual en los ejemplares de esta raza, golpea con sus manos y se asoma por encima del montón de leña en el que sabe que se esconde un conejo.
El podenco cubre en todo momento la huida del orejudo y se sube a una linde desde la que divisará mejor los movimientos de la pieza. Su estrategia es clara: acosar al animal sin dejar de mirar, oler y escuchar la posible arrancada de la víctima. Te lo mostramos en este enlace.