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Mi perro de caza orina sangre. ¿Puede ser grave?

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Aunque nuestro perro de caza se encuentre aparentemente bien, esté muy activo físicamente y no haya perdido el apetito, debes fijarte en otros factores que pueden avisarte con el tiempo necesario de algún problema de salud.

Y la presencia repentina de sangre en su orina es uno de ellos. Nuestra veterinaria, Pilar Ruiz, te cuenta todos lo que debes saber en un caso así.

Sangre en la orina de tu perro de caza

La sangre en orina puede tener varias causas. Analizando una muestra de orina –en machos es fácil recogerla aprovechando cuando se disponga a orinar– se puede saber si se trata de una cistitis, que se caracteriza por dar positivo en leucocitos, las células que aparecen en las infecciones.

También sería conveniente realizarle una ecografía para descartar la posible presencia en la vejiga de pólipos o masas que pueden provocar un sangrado o de cálculos, pequeñas piedrecitas. Esta misma prueba permite visualizar los dos riñones.

En machos, además, es fundamental comprobar el estado de la próstata, ya que lo quistes prostáticos son relativamente frecuentes y otra causa de sangrado. Con los resultados en la mano tu veterinario sabrá cuál es el tratamiento más adecuado, antibioterapia en caso de cistitis y quistes prostáticos o cirugía para los pólipos y cálculos vesicales.

5 enfermedades caninas que transmiten las garrapatas

1. Enfermedad de Lyme o Borreliosis

Transmitida por la picadura de una garrapata de ciervo (Ixodes ricinus), que únicamente se encuentra en el norte de la península ya que requiere mucha humedad y una temperatura media de 12 ºC,  los síntomas de esta enfermedad van desde dolor en las articulaciones, el letargo, disminución del apetito hasta fiebre; si bien el más característico es la cojera intermitente que suele cambiar de una extremidad a otra, siendo el carpo la articulación más afectada. Los signos de infección pueden tardar meses en aparecer en los perros de caza. Hay que destacar que en los perros no aparece una erupción de la piel en la zona de la picadura, como si ocurre en los humanos.

2. La anaplasmosis

Se transmite por garrapatas del género Ixodes y Dermacentor. Esta enfermedad afecta sobretodo al bazo, hígado, riñones, sistema linfático, articulaciones y sistema nervioso. Los síntomas van desde la apatía y falta de apetito en los casos más leves hasta fiebre, aumento de tamaño de los ganglios linfáticos, problemas musculares y respiratorios. Anaplasma infecta las plaquetas del perro, por lo que va a provocar síntomas relacionados con la falta de coagulación de la sangre, apareciendo, sangre en heces, en orina y nariz.

3. Ehrlichiosis

Es una de las enfermedades más comunes tras una picadura de garrapata. Es transmitida por la garrapata marrón del perro Rhipicephalus sanguineus, distribuida por casi toda España y causada por la bacteria Ehrlichia canis. Los síntomas son fiebre, falta de apetito, pérdida de peso, depresión, ojos llorosos, problemas respiratorios, alteraciones del sistema linfático que provocan aumento de los ganglios o hemorragias nasales. Estos síntomas pueden tardar en aparecer.

4. Babesiosis

La babesiosis es producida por Babesia canis que es transmitida en Europa por garrapata canina marrón, Dermacentor reticulatus e Ixodes canisuga, las dos conocidas como garrapatas del perro. Esta enfermedad aparece principalmente en los meses cálidos de primavera y verano.
La babesiosis puede presentarse de forma aguda o crónica:

– Forma aguda: tras diez a ventiún días de la entrada dela bacteria, el perro presenta fiebre (de hasta 41 grados), falta de apetito, diarreas, vómitos, problemas respiratorios y apatía.

– Forma crónica: fiebre intermitente, marcada pérdida de peso, alteraciones hepáticas (ictericia), aumento de tamaño del bazo, anemia e incluso la muerte por shock.
El pronóstico de la babesiosis es grave. Hay que tratar a tiempo al perro porque, de no ser así, puede llegar a morir por fallo hepático y renal. Esta enfermedad ataca especialmente a los cachorros y a los animales enfermos o convalecientes.

5. Hepatozoonosis

Se trata de una enfermedad de nuestros perros de caza causada por protozoos, el Hepatozoon canis en el caso de Europa, y es transmitida por la garrapata Rhipicephalus sanguineus. Los casos más frecuentes se dan en primavera y verano. Suele asociarse a malas condiciones higiénicas y en ejemplares con carencias nutricionales de sistema inmunitario deteriorado.

La transmisión de la enfermedad se produce tras la ingestión de garrapatas parasitadas por el perro no por picadura. La garrapata ingerida alcanza el aparato digestivo del perro; los agentes responsables de la hepatozoonosis atraviesan el intestino del perro y se dirigen al hígado, a los ganglios y los huesos.

Los animales pueden no presentar síntomas o presentar fiebre, letargo, anemia, pérdida de peso, dolores musculares y parálisis. También pueden darse síntomas digestivos y respiratorios.

shutterstock.com / Dmitry Kalinovsky

El tratamiento de estas enfermedades en los perros de caza se basa en administrar antibióticos durante un periodo de tres a cuatro semanas. Para la babesiosis y hepatozoonosis se utiliza el imidocarb inyectable de uso exclusivo veterinario. El pronóstico de curación de la enfermedad depende de la virulencia del microorganismo y la fortaleza del sistema inmunitario del perro y su capacidad para vencer a la enfermedad. Prevenir la transmisión de enfermedades transmitidas por garrapatas es relativamente fácil si se utilizan collares de prevención, tratamientos antiparasitarios líquidos o en pastillas que podrán ser adquiridas y recomendadas por cualquier veterinario.

       
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