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Este documental nos muestra cómo era el oficio tradicional del palomero en España

Así era el oficio del palomero en pateras de barro. ©YouTube

Desde muchos años atrás, en los campos de Castilla se han podido ver unos característicos edificios comúnmente conocidos como los palomares. Todos ellos tenían la misma finalidad: la cría de las palomas. Un nuevo documental del Eugenio Monesma, en este sentido, nos muestra cómo era el trabajo del palomero en pateras de barro.

Los palomares tenían distintos tamaños, desde cuadrados o rectangulares, hasta circulares. Muchas de ellas, en la actualidad, están en ruinas, aunque algunas otras aún están bien conservadas.

El escenario de este trabajo audiovisual es el pueblo castellano de Villafáfila, en Zamora. Allí, Germán Rodríguez, con 76 años, era uno de los pocos palomeros que quedaban en activo en el año 1997. «Todos los días acudo y ellas ya me están esperando. Parece que me conocen y están encantadas», contaba.


Así era el traje de agua tejido con juncos con el que se protegían de la lluvia antiguamente en Galicia


Años atrás, las palomas se alimentaban por sí mismas en el campo. Sin embargo, el abundante uso de herbicidas en la agricultura les obligó a recibir una alimentación basada en granos de cereal. Tal y como cuenta Germán señalando unos huecos en la pared, las pateras sirven «para que críen las palomas y tienen que ser de barro».

Las labores del palomero

Los palomeros como él, entonces, se encargaban del cuidado de estas aves y, de igual modo, también de intentar preservar su vida el máximo tiempo posible. Cada día, Germán vigilaba, uno a uno, más de un millar de nidos repartidos por las cinco naves de su palomar.

Paloma torcaz. © Shuttersotck

En concreto, la antigüedad de dicho palomar es de más de 80 años y en 1997 decidió restaurarlo para «conservarlo y dejarlo en herencia para sus hijos». Asimismo, también muestra las labores de limpieza necesarias para evitar el mal olor y permitir su uso año tras año.

«Hay que tener un poco de ilusión y venir todos los días con comida, como vengo yo. Esto era de mi suegro y ahora lo llevo yo. Han pasado muchos años y seguiré con él mientras pueda», concluyó Germán.

       
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