Por Anglers
Si bien la pesca del black bass (Micropterus salmoides) suele practicarse generalmente en los meses más cálidos, será por el contrario -en los meses más frescos- especialmente con la entrada de la primavera, cuando los ejemplares de mayor tamaño se muestren activos por nuestras orillas, buscando el primer alimento del año de forma activa.
En este video didáctico del canal de Youtube Anglers, dos experimentados pescadores nos enseñan cómo se enfrentan a dos jornadas de bajas temperaturas donde la elección adecuada de los señuelos así como la localización de las áreas del embalse donde haya mayor acumulación de peces marcará el éxito del fin de semana.
Para empezar a pescar, la estrategia de los pescadores pasa por encontrar las zonas más cálidas del embalse, una pequeña variación de 1 o 2 grados en la temperatura puede ser decisivo para el éxito de la jornada de pesca.
La sonda: un accesorio indispensable
Además de indicarnos la profundidad y los peces que tenemos debajo de la barca, la sonda nos dará una lectura muy precisa de la temperatura del agua, una información muy importante a tener en cuenta durante la primavera, ya que será el factor decisivo para encontrar las acumulaciones de peces en el embalse.
Como suele ser habitual en la pesca del black bass, durante el inicio de la jornada de pesca suelen utilizarse señuelos más “rápidos” como jerkbaits, spinnerbaits o swimbaits, estos señuelos moverán de sus apostaderos a los basses que se encuentren más activos en la zona. En muchas ocasiones podremos ver peces que finalmente no atacan a nuestro señuelo pero nos proporcionarán una información muy útil sobre su ubicación y grado de actividad.
No habrá que esperar mucho tiempo hasta que los primeros basses se dejen ver. Los swimbaits de gran tamaño, entre 16 y 18 cm, resultan muy atractivos para los grandes depredadores y no dudarán en salir cautelosos de sus escondites para observar el señuelo.
La combinación de señuelos, la receta del éxito.
Con la primera captura llegaron las primeras conclusiones: un bonito bass de kilo y medio no quiso atacar al swimbait, pero que no dudó ni un segundo en comerse un jig que cuidadosamente el pescador había colocado en las inmediaciones.
Todo indicaba que combinar señuelos grandes y llamativos como el swimbait, con otros más pequeños y discretos como el jig podía dar un buen resultado y engañar a los peces recelosos pero ya con ganas de alimentarse con la llegada del calor.
Otro indicio revelador de esta primera captura será el color del jig, marrón y morado, y el uso de un cangrejo de vinilo como trailer, esta presentación natural y discreta marcará una tendencia clara en cuanto al señuelo de éxito para la jornada.
Una vez identificadas las zonas calientes del embalse y la combinación de señuelos que va a dar el éxito en la jornada, las capturas empiezan a sucederse, bonitos black bass de más de 2 kilos de peso pican con franqueza los señuelos, además muchos de ellos son pescados a pez visto, momento en que podemos observar su comportamiento puramente natural, uno de los venenos que más engancha de esta especie.