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Madrid autoriza el uso de visión térmica (no acoplada al arma) para la caza del jabalí en espera

La Comunidad de Madrid acaba de publicar su Orden de Vedas para la temporada de caza 2021/2022. En ella, por primera vez hace una aclaración sobre el uso de dispositivos de visión térmica o nocturna en la caza del jabalí, una asignatura pendiente en la normativa madrileña. Hay que recordar que la Comunidad Madrileña no cuenta ni con ley ni con reglamento de caza propios, por lo que se rige por lo dispuesto en la Ley 1/1970, de 4 de abril, de Caza, y en el Decreto 506/1971, de 25 de marzo, por el que se aprueba el Reglamento para la ejecución de la referida Ley. En dichas normas no se hace ninguna referencia a la tenencia y uso de este tipo de dispositivos, que no existían cuando fueron redactadas.

Por este motivo, el Artículo 7, de la Orden de Vedas 2021/2022 que acaba de publicar establece en su punto 4.3 Caza de jabalí en espera o aguardos nocturnos: «En los cotos privados de caza mayor y de caza menor, se podrá ejercer la caza en espera o aguardos nocturnos de jabalí los jueves, sábados, domingos y festivos de la temporada hábil, comunicándolo con al menos 10 días de antelación al inicio de la actividad, indicando la zona donde se va a realizar. Los cotos de caza deberán tener contemplada esta modalidad en su plan de aprovechamiento cinegético. Se autoriza el uso de fuentes luminosas artificiales (linternas y focos) para esta modalidad. Queda prohibido el empleo de armas provistas de amplificador de visión para el disparo nocturno o dispositivos electrónicos de imagen, es decir, armas con visores térmicos, electrónicos e infrarrojos o visores normales con acoples térmicos, electrónicos o infrarrojos. Está permitido el empleo de binoculares y monoculares térmicos o/y electrónicos siempre que no vayan acoplados al arma o a su visor y no se lleve o se transporte abrazadera de acople en su caso».

Novedad: multa si llevas abrazadera de acople al arma

Como hemos visto, la Comunidad de Madrid prohíbe los dispositivos térmicos o de visión nocturna acoplados al arma para facilitar el disparo. La novedad más llamativa es que también sanciona a aquellos que porten las abrazaderas o acoples que permiten incorporar los monoculares al visor del rifle sin necesidad de que estén instaladas. Se trata una triquiñuela que en la mayoría de las comunidades no se tiene en cuenta y que a partir de ahora puede salir muy cara en Madrid.

       
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