El pastor asturiano Fernando Álvarez González, natural de la localidad de Arenas de Cabrales, grabó hace unas semanas cómo una manada de tres lobos se llevaba a un cabrito de una cueva a un kilómetro del pueblo y a plena luz del día. El guía de montaña Rubén Carbajal ha sido el que ha narrado a Jara y Sedal los hechos y ha proporcionado el vídeo que reproducimos a continuación.
Todo ocurrió de la siguiente manera: el pastor cogió al cabrito cuando la madre parió y lo llevó al ‘paré’, una cueva tradicional de la zona asturiana de los Picos de Europa en la que los animales se pueden resguardar de los lobos, ya que están frecuentadas por humanos casi a diario. De ese modo, Fernando dejó a la cría de cabra montés en ese lugar y colocó una cámara de fototrampeo para ver si la madre acudía horas después.
Sin embargo, cuando al día siguiente entró de nuevo al lugar y no encontró ni a la madre ni a la cría, su sorpresa fue tremenda al ver las imágenes que había recogido la cámara, ya que tres lobos habían entrado en ese lugar y se habían llevado al cabrito. En la grabación se puede ver cómo el macho alfa se lleva entre los dientes a la cría y los otros dos lo siguen. El hecho ocurrió a las 14:40 horas de la tarde.
Un ataque muy cerca del pueblo
Lo que denuncia este montañista es que «lo más grave es que fue muy cerca del pueblo» de Arenas de Cabrales: «Hace unos días me encontré allí con un lobo a las once y media de la mañana en las afueras. Increíble», confiesa Carbajal.
Además, también se lamenta por la situación de los pastores de la zona: «Son chavales que viven del ganado, que no tienen muchos ingresos y es una jodienda para ellos», denuncia.
Una cámara graba a un perro pastor entrando en terreno de lobos y su final es intrigante
Las viejas historias de pastores aseguran que cuando un mastín salía persiguiendo a los lobos y se perdía en el monte… no solía regresar. Este perro pastor es un extraordinario aliado para evitar que ataquen a los rebaños de ovejas o para defenderlos si estos se producen. Su extraordinaria bravura y fuerza son el mejor elemento disuasorio para defender al ganado.
Pero hay ocasiones en las que el perro es el que tiene las de perder. Y cuando eso pasa, lo más probable es que termine siendo el alimento del lobo. Te lo mostramos aquí.