Icono del sitio Revista Jara y Sedal

Una valiente rehalera extremeña se empapa al caer a un río helado mientras acude al agarre de un jabalí

La rehalera en el arroyo. © Facebook

El siguiente vídeo muestra el impactante momento en el que Tamara Fernández, una joven rehalera, acaba empapada tras caer a un río mientras acude al agarre de un jabalí. Al otro lado del cauce se encontraban los canes, que habían seguido el rastro de un enorme verraco y ya lo tenían agarrado. Tras ellos, la joven no se lo pensó dos veces y fue a rematar a cuchillo a la pieza, que estaba poniendo en peligro a los perros.

El peligro de esta acción es evidente, pero el único pensamiento de Fernández es, sin duda, entrar cuanto antes al agarre para que ninguno de los perros de la Rehala Sabino sufriera ningún daño. La grabación es de Santi Sánchez.

Además, esta filmación pone de manifiesto la enorme dureza de los rehaleros que, como suele decirse coloquialmente en el mundo cinegético, ‘están hechos de otra pasta’. Aunque no aparece en el final de la grabación, el lance acabó satisfactoriamente, con el cochino abatido a pesar del chapuzón que se dio la joven.

La protagonista del vídeo, hija de Sabino Fernández, propietario de la rehala

Sabino Fernández, propietario de la rehala, ha explicado a la redacción de Jara y Sedal que la protagonista del vídeo es su hija, que ese día estaba con la rehala en una montería que se llevó a cabo en las cercanías de Solana de Cabañas, una pedanía del municipio de Cabañas del Castillo, en la provincia de Cáceres: «Lleva varios años acompañándome. Le empezó a gustar mucho el tema de los perros y, desde entonces, se viene conmigo».

En este caso, el jabalí cruzó el río y ella no se lo pensó: «Fue a por él y finalmente lo abatió a cuchillo, a pesar de caerse en varias ocasiones en el cauce», relata su progenitor.

Este vídeo recuerda, sin duda, al protagonizado hace unos días por el cazador David Mateos Díaz, natural de la localidad cacereña de Castañar de Ibor, que llevó a cabo un arduo cobro a una hembra de jabalí que había caído en un río en su coto social, donde estaban celebrando una montería de 45 puestos y en la que se abatieron un total de nueve ciervos y doce jabalíes. El joven cacereño se metió en el agua sin pantalones a pesar de las bajas temperaturas para cobrar una hembra de jabalí que había caído en un río.

       
Salir de la versión móvil