A sus 91 años de edad, Horacio es el perfecto ejemplo de un cazador de raza. Y es que cuando la pasión por la caza corre por tus venas, esta te acompaña de por vida.
Hace unos días en Jara y Sedal hacíamos un repaso a su extraordinaria vida como cazador en este artículo. Hoy recuperamos uno de los lances que vivió esta temporada junto a su nieto, Alberto Losilla, en una montería en las cercanías de su localidad natal, Almadén (Ciudad Real).
Aquella jornada su nieto ya había abatido dos cochinos, y le cedió el turno a su abuelo, que demostró la extraordinaria puntería que aún tiene con su paralela Sarasketa. Sin duda un regalo para cualquier nieto, que comparte momentos tan especiales e irrepetibles como estos gracias a la caza.