Cada verano, cuando el calor aprieta y escasea el agua, la fauna salvaje sufre las consecuencias en silencio. Para aliviar su sed, muchos cazadores y guardas de caza como Jorge Alonso, conocido en redes sociales como El Guarda Smith, se encargan de llenar y mantener bebederos en el campo. Pero este año, Alonso ha querido ir más allá, lanzando una original propuesta a los colectivos animalistas y veganos.

«Se busca animalista» para ayudar a la fauna

Con su particular estilo directo y didáctico, Jorge Alonso ha compartido un nuevo vídeo en sus redes sociales en el que hace un llamamiento a los defensores de los animales: los invita a compartir con él una mañana completa, ayudándole a llevar agua a la fauna salvaje. Bajo el título de ‘Se busca animalista’, la iniciativa pretende mostrar desde dentro el esfuerzo que supone esta labor, y quién la financia realmente.

Alonso puntualiza que estos bebederos están «pagados por los cazadores», dejando clara la implicación del sector cinegético en el bienestar de la fauna. Su propuesta no se queda en un simple reto virtual, sino que va acompañada de un incentivo económico y logístico que deja sin excusas a quien quiera participar: 100 euros y una comida gratis en un restaurante al finalizar la jornada.

Una jornada real en el campo… y sin filtros

Jorge Alonso junto a uno de los bebederos que gestiona.

El horario previsto para el voluntario animalista comienza a las 08:00 y finaliza a las 14:00 horas. Durante este tiempo, el acompañante del Guarda Smith deberá participar activamente en el relleno de bebederos, una tarea dura, física y, en muchas ocasiones, ingrata, que se realiza bajo el sol estival y por caminos de difícil acceso.

Esta experiencia no es nueva para Alonso. Ya en años anteriores llevó a cabo la misma propuesta, y de hecho el año pasado fue acompañado por David, un joven animalista vegano que aceptó el reto y vivió en primera persona la dura realidad del campo.

Concienciar con hechos, no con palabras

Con esta propuesta, Jorge Alonso pretende algo más que una anécdota viral: busca tender puentes entre mundos enfrentados, usando la experiencia directa como herramienta para desmontar prejuicios y mostrar una realidad silenciada. Su mensaje es claro: el amor por los animales no se mide por lo que uno publica, sino por lo que hace en el terreno.

En una época en la que la polarización entre colectivos se impone al diálogo, iniciativas como esta abren la puerta a una comprensión más profunda y realista del papel que muchos guardas y cazadores desempeñan en la conservación de la naturaleza.

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