El invierno se acerca y, con él, la ilusión de miles de cazadores de todo el país por cazar una de las aves más célebres de nuestra geografía: el zorzal. En la Península podemos disfrutar de la caza de cuatro especies de zorzal: el común, el alirrojo, el charlo y el real con diferencias fundamentales en cuanto a tamaño, plumaje o, incluso costumbres.
El zorzal es un ave omnívora y, como tal, come casi todo tipo de insectos, incluso algunos moluscos como los caracoles. Hay que reseñar que, aunque se ha registrado que todos los zorzales que pasan por nuestro país se pueden alimentar de caracoles, sólo el zorzal común es competente para abrir conchas más grandes aplastándolas contra piedras u otros objetos duros. Las otras especies de zorzales tienden a alimentarse de insectos pequeños que pueden comer fácilmente con el pico.
Como buen túrdido, el siguiente vídeo muestra cómo un zorzal común captura con su pico un caracol y, a modo de yunque y martillo, logra quitarle el caparazón y alimentarse del animal. Existen además algunos estudios científicos sobre cómo los zorzales eligen los caracoles ecuánimes para sus picos.
¿A qué se conoce como ‘yunque de zorzal’?
Los ‘yunques de zorzal’ son piedras a las que los zorzales suelen acudir cuando capturan un caracol. En ellas, como aparece en el vídeo, golpean al animal hasta romper su concha y así poder comérselo. Los zorzales más jóvenes suelen tiran objetos y tratan de jugar con ellos hasta que aprenden a utilizar los yunques como herramientas para romper las conchas de caracol. Además, las madres usan esta práctica para sacar del cascarón a los caracoles y dárselos a sus crías.